Nuevos inversores
"Invertimos en Mallorca porque el turismo hotelero sigue siendo rentable, a pesar de los lógicos vaivenes. Los dos últimos años han sido excelentes", explica Jaume Cladera, ex consejero de Turismo de Baleares en los ochenta y copropietario de la Stil Hotels, una de las cadenas emergentes. Junto a los empresarios tradicionales, Baleares y las comunidades con más solera en turismo han visto llegar nuevas caras, desde fondos de inversión a grandes fortunas y gentes de otros sectores, como el inmobiliario.
En este segmento medio-alto, que suma un millar de hoteles en Baleares, han aparecido...
"Invertimos en Mallorca porque el turismo hotelero sigue siendo rentable, a pesar de los lógicos vaivenes. Los dos últimos años han sido excelentes", explica Jaume Cladera, ex consejero de Turismo de Baleares en los ochenta y copropietario de la Stil Hotels, una de las cadenas emergentes. Junto a los empresarios tradicionales, Baleares y las comunidades con más solera en turismo han visto llegar nuevas caras, desde fondos de inversión a grandes fortunas y gentes de otros sectores, como el inmobiliario.
En este segmento medio-alto, que suma un millar de hoteles en Baleares, han aparecido decenas de empresarios, aunque aún a mucha distancia de las grandes firmas que con su expansión sólo mantienen un 10% de su negocio en Baleares.
"Construir un hotel en Baleares es casi imposible, con leyes que obligan a amortizar plazas viejas", destaca Cladera. "El futuro está en reformar la planta más obsoleta hasta convertirla en cuatro estrellas, que es lo que se demanda".
El grupo Playa Sol, propiedad de Fernando Ferré, ha sido uno de los más activos y contará con 51 establecimientos a final de año, según aseguró ayer el empresario en conversación telefónica. Ferré ha tomado el control de los edificios que cadenas tradicionales y pequeños empresarios desechaban.
El pasado febrero, la policía intervino en uno de sus hoteles en reforma por presencia de 32 inmigrantes en situación irregular y el empresario fue detenido y encausado por un delito contra los derechos de los trabajadores. El empresario, que evita comentar las circunstancias de esos trabajadores, puede convertirse en el segundo hotelero de Ibiza, tras la cadena Fiesta de la familia Matutes.