Guerra en Oriente Próximo

La milicia chií amenaza con atacar Tel Aviv

El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, amenazó anoche con atacar Tel Aviv si el Ejército israelí llega a bombardear el centro de Beirut, como advirtió el día anterior. Poco antes, aviones israelíes lanzaron octavillas en las que instaban a los habitantes de varios barrios del sur de la capital a abandonar sus hogares ante el inminente ataque. Pasada la una de la madrugada, hora local, comenzó el bombardeo. En el sur de Líbano, los soldados israelíes continuaron luchando contra los milicianos de Hezbolá. Los combates causaron el mayor número de muertos israelíes desde el inicio de la ofensiva el 1...

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El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, amenazó anoche con atacar Tel Aviv si el Ejército israelí llega a bombardear el centro de Beirut, como advirtió el día anterior. Poco antes, aviones israelíes lanzaron octavillas en las que instaban a los habitantes de varios barrios del sur de la capital a abandonar sus hogares ante el inminente ataque. Pasada la una de la madrugada, hora local, comenzó el bombardeo. En el sur de Líbano, los soldados israelíes continuaron luchando contra los milicianos de Hezbolá. Los combates causaron el mayor número de muertos israelíes desde el inicio de la ofensiva el 12 de julio: ocho civiles y tres uniformados.

"Si bombardean el centro de nuestra capital, bombardearemos la capital de su entidad", aseguró Nasralá refiriéndose a Tel Aviv en un comunicado difundido por la televisión libanesa. Su mensaje llegaba poco después de que miles de octavillas dirigidas "a los ciudadanos de Beirut" y firmadas por el "Estado de Israel" les invitaran a abandonar "por su seguridad" los barrios de Haret Hreik, Bir Abed, Hay Madi y Rueis. Estos dos últimos se habían librado hasta ahora de los bombardeos, pero Haret Hreik, donde se encontraban el cuartel general de Hezbolá y la casa de su líder, Hasan Nasralá, hace ya días que fueron reducidos a escombros.

Al este de Beirut, los israelíes tratan de aislar Baalbek, el otro feudo de Hezbolá. Para ello sus aviones destruyeron ayer un puente que comunicaba la región de Akkar con la ciudad de Trípoli, al norte del país, y varias carreteras de la llanura de la Bekaa, al este. En esa región continuaban los combates entre soldados israelíes y milicianos. Los primeros tratan de controlar una "franja de seguridad" de entre seis y ocho kilómetros para evitar que los segundos sigan atacando su territorio con katiushas, que ayer mataron a por lo menos ocho civiles en el norte de Israel (con lo que suman 27). Además, la radio pública de ese país reconoció la muerte de tres soldados (39 en total). Según el primer ministro libanés, Fuad Siniora, la guerra ha causado la muerte de 900 libaneses -un tercio de ellos menores de 12 años-, 3.000 heridos y un millón de desplazados. Por otro lado, las autoridades libanesas situaron ayer en 28 (entre ellos 16 niños) las víctimas provocadas por el bombardeo israelí de la ciudad de Qana hace cuatro días, frente a la cifra de 54 muertos difundida hasta ahora.

Entre tanto, Israel mostró ayer su intención de mantener abiertos tanto el frente del norte (Líbano), como el del sur (Gaza), informa Georgina Higueras desde Jerusalén. Medio centenar de tanques israelíes penetraron en Gaza y causaron al menos ocho muertos.

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