Entrevista:Alan García | Presidente de Perú

"El primer signo de mi Gobierno será la austeridad"

Dieciséis años después de abandonar la presidencia de un Gobierno severamente criticado, Alan García Pérez (Lima, 1949) recibe hoy de nuevo la banda presidencial en la ceremonia de investidura como máximo mandatario de Perú durante el próximo quinquenio. Vuelve al poder el presidente que a los 35 años fue incapaz de contener la inflación y las violentas embestidas de la guerrilla de Sendero Luminoso, y desató la furia de los mercados financieros. Hoy, a los 57, se presenta como un político maduro que ha aprendido de los errores del pasado y que conserva un gran carisma y poder de seducción. Vu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Dieciséis años después de abandonar la presidencia de un Gobierno severamente criticado, Alan García Pérez (Lima, 1949) recibe hoy de nuevo la banda presidencial en la ceremonia de investidura como máximo mandatario de Perú durante el próximo quinquenio. Vuelve al poder el presidente que a los 35 años fue incapaz de contener la inflación y las violentas embestidas de la guerrilla de Sendero Luminoso, y desató la furia de los mercados financieros. Hoy, a los 57, se presenta como un político maduro que ha aprendido de los errores del pasado y que conserva un gran carisma y poder de seducción. Vuelve al frente del partido histórico peruano, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA, socialdemócrata). En vísperas de la toma de posesión, García tiene una intensa actividad en la sede del APRA, donde concedió esta entrevista a EL PAÍS.

"Chile ha avanzado en reducir la miseria. Hay que copiar lo bueno de los que tienen buenos resultados"
"La cuadratura del círculo es hacer una transformación social sin dejar de recibir mucha más inversión"
"El origen de la época atroz de Perú estuvo en esa izquierda asesina, pero no niego las violaciones de derechos"
"No puede coexistir la frivolidad del avión presidencial viajero o parrandero con la miseria de Perú"

Pregunta. ¿Es consciente de que un alto porcentaje de peruanos que le votó lo hizo para que no ganara Ollanta Humala?

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Respuesta. O sea que votaban por una alternativa mejor para ellos. Ésa es siempre la decisión de un elector. Todo candidato útil, aquí, en España y en cualquier parte, se juzga a veces como la mejor carta, o es visto como el menos malo. El país ha juzgado que soy útil, algunos para evitar que se impusiera una alternativa irracional. Creo que el elegido es dueño de sus votos. Todo depende de cómo encare el nuevo Gobierno ciertas decisiones fundamentales que hay que tomar. Lo demás es especulación.

P. ¿Qué decisiones tomará en sus primeros 100 días de mandato?

R. Las decisiones que el Gobierno tiene que tomar son claras: Perú es un país en el cual la injusticia social, generada en gran parte por su pobreza tecnológica y productiva, no ha encontrado una salida en estos años, a pesar del crecimiento económico mundial. El primer gesto que espera la población es transformar el Estado mismo, a través de una política de austeridad, de descentralización, de programas concretos y hechos, y de simplificación y moralización. En los últimos cinco años para pagar a 937.000 empleados y 700.000 pensionistas estatales, el Estado ha gastado 130.000 millones de soles (31.500 millones de euros). En cambio, la inversión por todos los conceptos en todo el país sólo fue de 25.000 millones de soles (6.000 millones de euros).

P. ¿Qué medidas concretas adoptará para cambiar las cosas?

R. Hay que convertir los últimos en los primeros. El país está dividido tal y como mostró el resultado de las elecciones: la región de 13,5 millones de peruanos de las ciudades que se benefician de alguna manera del Estado, con la inversión productiva vinculada al extranjero y al mercado nacional, y los otros 13,5 millones de peruanos para los que hay muy poco Estado o muy ineficiente. Convertir a éstos en los primeros significa cambiar radicalmente la lógica de Perú, que ha venido dedicándose a la parte superior de la población, no sólo a los muy ricos y a sus clases medias, sino a los sectores dependientes de esas clases medias. El primer signo claro de mi Gobierno será la austeridad, éste es el mensaje fundamental que espera la población. Salimos de un régimen de frivolidad, de caballos de paso, de celebraciones con el Rey de España y el príncipe Alberto de Mónaco, de viajes incesantes de funcionarios y del presidente anterior, que tuvieron un costo altísimo. Hay que poner un freno a todo esto y destinar algunos miles de millones de ese ahorro a la electrificación rural, al agua potable y a los pequeños caminos vecinales.

P. Los últimos de los que usted habla, los millones de pobres, votaron en su mayoría por Ollanta Humala y no por usted. ¿Por qué?

R. Los partidos políticos estamos en la escena estatal y todas estas personas han perdido fe en el sistema político y en el Estado, votan contra el sistema político y siguen a cualquier persona con rasgo de aventurero que diga: voy a destruir todo esto. Lo cual es interesante y adolescente, pero no tiene ninguna consecuencia positiva y racional. Hay que tener mucho cuidado de que Perú no pierda el paso de las inversiones internacionales. Creo que la cuadratura del círculo es hacer una transformación social sin sacrificar la capacidad del Estado de recibir mucha más inversión. Ya se acabó la llegada de capital español que vino por las privatizaciones. Ahora llegan capitales que construyen cosas y no sólo compran cosas.

P. ¿Su política económica será de continuidad o de ruptura con el Gobierno de Alejandro Toledo?

R. De ruptura total. Toledo es el jefe del Estado que representa 1,6 millones de trabajadores y pensionistas. Yo seré jefe del pueblo contra el Estado, ésa es la diferencia. Tengo que desarticular todos los privilegios y el sobregasto del Estado, su dimensión excesiva y su falta de competencia. Perú no puede seguir siendo succionado por un aparato que cobra mucho y no hace nada. Un Estado que se revolucione tiene autoridad moral para pedir a las compañías mineras y eléctricas que coticen más. No puede coexistir la frivolidad del avión presidencial viajero o parrandero con la miseria de Perú. El primer signo claro es demostrar que el Estado se vuelve franciscano.

P. Ha nombrado como ministro de Economía a Luis Carranza, economista procedente del BBVA, que estuvo en el Gobierno saliente.

R. Al que el Gobierno saliente echó. Necesito dar claras muestras al país de que no habrá inflación, ni emisión de moneda, ni déficit. Necesito un cajero serio que sepa decir no a los que plantean aumentos de sueldos e inversiones irracionales. El problema no es cuánto se gasta sino con qué calidad se hace.

P. ¿Dónde se ubica usted en los vientos de cambio en América Latina y cómo se puede hacer una política de mayorías sin que le acusen de populista?

R. Nunca uso el término populista porque comenzó aplicándoseme entre los años 1987 y 1990, cuando dejé de pagar la deuda. Creo que el término populista proviene idiomáticamente de popular y de pueblo. Para mí nunca sería una acusación, sino que es honroso defender al pueblo. Es un término que viene de los organismos del viejo Fondo Monetario y de gente que ve la política desde el punto de vista contable. Estoy convencido de que la globalización es un hecho positivo como lo fue el capitalismo en su nacimiento. Veo cómo Chile ha avanzado en reducir la miseria y en capacidad educativa cinco veces más que Perú porque ha sabido captar capitales, unirse a la globalización y firmar tratados de libre comercio. Hay que copiar lo bueno de los que tienen buenos resultados.

P. En el Congreso su partido está rodeado de las fuerzas de Humala y de conservadores y fujimoristas. ¿Cómo espera gobernar?

R. No me gusta hacer prestidigitación con cosas que no sabemos. El Congreso es parte del Estado, por consiguiente es sospechoso y repudiado por gran parte de los peruanos. Lo importante es tener mayoría social y no sólo numérica en el Parlamento. Si el presidente gobierna con el pueblo, éste hará que el Parlamento obedezca los lineamientos de lo que el país necesita. No me preocupo del politiqueo, de cómo comprar parlamentarios para que voten de una forma determinada. No es mi estilo.

P. ¿Intentará restablecer las relaciones con el presidente venezolano, Hugo Chávez?

R. No estoy de acuerdo con que las personas intervengan donde no deben intervenir. Pasada la elección, se acabó el problema. No voy a ahondar la herida.

P. El vicealmirante Luis Giampetri, su candidato a vicepresidente, está asociado a una matanza de presos de Sendero Luminoso en 1986, en su anterior mandato.

R. Era jefe de una dotación de las fuerzas especiales de la Marina que fue retirada de la isla del Frontón para que entrara otra dotación, cuyo jefe fue asesinado más tarde. Todo eso lo ha verificado la Comisión de la Verdad. Gané las elecciones con Giampetri como compañero porque aquí tenemos más miedo a Sendero Luminoso que a los abusos que pudo haber cometido el Estado.

P. ¿Comparte usted este criterio del miedo?

R. Sí, creo que el origen de la época atroz de Perú estuvo en esta izquierda asesina. Jamás he negado que hubo violaciones de derechos humanos, pero hay que ponerse en la situación de ver la cantidad de gente organizada para asesinar, y un sistema que no estaba preparado para este tipo de guerra.

P. ¿Los presos de Sendero Luminoso condenados tienen que pudrirse en las cárceles?

R. Esto corresponde a los jueces y no uso este término. Hablemos de los cabecillas. El día que el Gobierno dé una amnistía general a los cabecillas de Sendero, desaparece el Gobierno. La sociedad repudia a esta gente. Son decenas de miles de vidas.

El presidente de Perú, Alan García.ASSOCIATED PRESS

Archivado En