Badalona crea la figura del mediador religioso para evitar conflictos entre comunidades
Evitar conflictos entre comunidades religiosas y solucionar los frentes abiertos. Éstos son los propósitos de los mediadores religiosos que en las próximas semanas empezarán a trabajar en Badalona. Una nueva figura que nace gracias al acuerdo a que ha llegado el consistorio de la ciudad con el Centro Unesco de Cataluña.
Dicho acuerdo también prevé organizar, en la ciudad, un sinfín de actividades con el propósito de fomentar el conocimiento mutuo entre los fieles de las distintas comunidades y romper tópicos. Así, habrá grupos de diálogo, talleres con jóvenes y vecinos, mesas redondas y...
Evitar conflictos entre comunidades religiosas y solucionar los frentes abiertos. Éstos son los propósitos de los mediadores religiosos que en las próximas semanas empezarán a trabajar en Badalona. Una nueva figura que nace gracias al acuerdo a que ha llegado el consistorio de la ciudad con el Centro Unesco de Cataluña.
Dicho acuerdo también prevé organizar, en la ciudad, un sinfín de actividades con el propósito de fomentar el conocimiento mutuo entre los fieles de las distintas comunidades y romper tópicos. Así, habrá grupos de diálogo, talleres con jóvenes y vecinos, mesas redondas y un gran encuentro cada año. También se elaborará un mapa sobre la diversidad religiosa en la ciudad.
El estallido de la diversidad cultural y religiosa en Badalona está significando la aparición de tensiones y conflictos entre comunidades. Por un lado, en Badalona sólo hay en funcionamiento un oratorio musulmán, situado en los bajos de un edificio en el barrio de Llefià. Tiene tan sólo 90 metros cuadrados, y desde hace años se ha quedado pequeño. Dada la oposición de vecinos a la apertura de un nuevo oratorio en su barrio, se ha optado por una solución decimonónica: los oficios de los viernes se celebran cada mes en un polideportivo distinto.
Otra de las tensiones que existen en la ciudad, también con un trasfondo religioso, es el conflicto existente entre dos comunidades pentecostales formadas por fieles de etnia gitana: los que hace tiempo que viven en la ciudad, y los recién llegados procedentes de Rumania.
Otras ciudades catalanas cuentan con iniciativas que pretenden establecer puntos de diálogo entre las tradiciones religiosas. En Lleida, por ejemplo, existe una asamblea donde participan los líderes de las diferentes tradiciones; en Manresa un grupo de fieles media en caso de conflictos, y en Barcelona el Ayuntamiento ha promovido un centro interreligioso que atiende a todas las comunidades y da información sobre la diversidad espiritual existente en la ciudad.