El consumo familiar y la construcción pierden fuerza

El crecimiento ininterrumpido del consumo en los últimos años comienza a moderarse. Ésa es al menos la percepción del Banco de España, que en su último boletín económico asegura observar "una suave desaceleración" del consumo, motor de la economía, en el segundo trimestre del año. Frente a esa tendencia, la inversión muestra "un mayor sostenimiento". El gasto de los hogares avanzó un 4% en el primer trimestre, mientras la inversión lo hizo un 6,2%.

De confirmarse, la tendencia apuntaría al cambio en el modelo de crecimiento por el que todos los expertos y las autoridades abogan desde ha...

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El crecimiento ininterrumpido del consumo en los últimos años comienza a moderarse. Ésa es al menos la percepción del Banco de España, que en su último boletín económico asegura observar "una suave desaceleración" del consumo, motor de la economía, en el segundo trimestre del año. Frente a esa tendencia, la inversión muestra "un mayor sostenimiento". El gasto de los hogares avanzó un 4% en el primer trimestre, mientras la inversión lo hizo un 6,2%.

De confirmarse, la tendencia apuntaría al cambio en el modelo de crecimiento por el que todos los expertos y las autoridades abogan desde hace años, con menos peso del consumo y la construcción y más de la inversión productiva. Los bienes de equipo, los más representativos de esa inversión, confirmaron en mayo "la recuperación" que muestran desde febrero, según el texto publicado ayer por el Banco de España.

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También se observa un menor impulso en la construcción. Estos indicadores "han mantenido una relativa fortaleza al inicio del segundo trimestre, aunque han tendido a crecer más moderadamente que en el trimestre anterior". Una tendencia similar se observa en los créditos que demandan los hogares para adquirir vivienda. Este organismo habla de "ligera reducción en los ritmos de expansión" de esos préstamos. Por el contrario, los créditos a las empresas crecen cada vez más.

El Banco de España dedica un capítulo a analizar la dispersión salarial entre los trabajadores. Los autores concluyen que el aumento del nivel de estudios entre los trabajadores ha contribuido a incrementar la disparidad salarial. Así, los titulados universitarios cobran por encima de la media y tienen más desigualdad entre ellos. Las mujeres, por el contrario, tienen un salario por debajo de la media pero entre ellas las diferencias de sueldo no son tan acusadas.

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