Universidad

"Quiero ayudar a quienes están en mi situación"

Marian Andrés rezuma optimismo desde su silla de ruedas eléctrica. Lanzada, "muy protestona", según su madre, y sin complejos, esta tetrapléjica de 20 años ha aprobado todas las asignaturas del primer curso de Trabajo Social en la Universidad de Deusto. "Me ha parecido más fácil de lo que yo esperaba, pero también he estudiado mucho. Ahora lo que me apetece es irme a la playa", comenta.

Esfuerzo, estudio y apoyo son las tres palabras que condensan el bautismo universitario de esta joven baracaldesa, que tiene muy claro por qué ha elegido esa carrera: "Siempre me ha gustado ayudar a los ...

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Marian Andrés rezuma optimismo desde su silla de ruedas eléctrica. Lanzada, "muy protestona", según su madre, y sin complejos, esta tetrapléjica de 20 años ha aprobado todas las asignaturas del primer curso de Trabajo Social en la Universidad de Deusto. "Me ha parecido más fácil de lo que yo esperaba, pero también he estudiado mucho. Ahora lo que me apetece es irme a la playa", comenta.

Esfuerzo, estudio y apoyo son las tres palabras que condensan el bautismo universitario de esta joven baracaldesa, que tiene muy claro por qué ha elegido esa carrera: "Siempre me ha gustado ayudar a los demás y quiero servir a las personas que se encuentran en mi misma situación".

Con el aliento de su familia ha ido sorteando obstáculos físicos y mentales. En esa tarea ha contado con el Servicio de Ayuda Universitaria de Deusto, que ha coordinado a voluntarios para que le ayudasen a llevar los libros, pulsasen las teclas del ascensor para subir o bajar, o le ayudasen a ir al baño, su mayor inconveniente de este curso. "Hay mucha distancia entre el servicio y el aula", se lamenta.

Quien más tiempo ha pasado con ella es Ana Belén, una voluntaria "muy maja", a la que Marian Andrés y su madre le están más que agradecidas. "Como siempre ha sido la misma persona, hemos pedido al Departamento de Acción Social que le paguen tres horas al día, y nos lo han concedido", explica.

Como en el caso de Marian Andrés, la vocación pesó mucho en Eneritz B. para elegir carrera. Esta ondarresa con una discapacidad motriz que le obliga a valerse de una muleta cursa la especialidad de Educación Especial de Magisterio en la UPV. "Quiero ayudar a personas con problemas y reducir las dificultades con las que se pueden encontrar. Aunque yo estoy bastante bien y considero que lo mío es un problemilla, me ha permitido contar con un punto de vista más cercano a sus problemas y necesidades, y creo que eso es bueno", apunta.

Eneritz valora la ayuda y el asesoramiento que ha recibido del Servicio de Atención a Personas con Discapacidad de la universidad pública. "Te explican muy bien las opciones y derechos que tienes. En mi caso, me han facilitado una llave para poder utilizar el ascensor y evitar las escaleras", comenta. Aunque no se ha encontrado con problemas por la existencia de barreras arquitectónicas, lamenta que las personas de movilidad reducida deban dar grandes rodeos en su centro para poder coger el ascensor y llegar a las plantas superiores.

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