Crítica:

Parodia como puedas

El problema de parodiar películas concretas y no un género como totalidad es que la imaginación y la creatividad deben ejercitarse de tal manera que el espectador (y/o el analista) nunca pueda llegar a la siguiente conclusión: que la película original, la parodiada, es más ingeniosa en su ámbito de lo que resulta la pantomima en el suyo. Justo lo que le ocurre a Scary Movie 4, comedia que centra la mayor parte de su metraje en la caricatura de El bosque (M. Night Shyamalan, 2004) y de La guerra de los mundos (Steven Spielberg, 2005), pero con argumentos humorísticos que ac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El problema de parodiar películas concretas y no un género como totalidad es que la imaginación y la creatividad deben ejercitarse de tal manera que el espectador (y/o el analista) nunca pueda llegar a la siguiente conclusión: que la película original, la parodiada, es más ingeniosa en su ámbito de lo que resulta la pantomima en el suyo. Justo lo que le ocurre a Scary Movie 4, comedia que centra la mayor parte de su metraje en la caricatura de El bosque (M. Night Shyamalan, 2004) y de La guerra de los mundos (Steven Spielberg, 2005), pero con argumentos humorísticos que acaban siendo mucho menos eficaces que las aportaciones al terror y a la ciencia-ficción de las películas burladas.

SCARY MOVIE 4

Dirección: Jerry Zucker. Intérpretes: Anthony Anderson, Craig Bierko, Anna Faris, Carmen Elektra. Género: comedia. EE UU, 2006. Duración: 83 minutos.

Más información

Como ya es habitual en este tipo de productos, Scary Movie 4 acude a la figura del cameo (aparición especial) para intentar provocar la carcajada (el baloncestista Shaquille O'Neal rememora al Kareem Abdul-Jabbar del clásico Aterriza como puedas), e incluso abre el abanico de la temática objeto de las bromas al atreverse incluso con películas de gran calidad que nada tienen que ver con el terror, caso de Million Dollar Baby o Brokeback Mountain. Sin embargo, la comicidad, basada en un elemental caca-teta-culo-pedo-pis, es cuestionable casi en todo momento.

Por el contrario, es en la parodia del cine de terror oriental donde la efectividad de los chistes resulta más acabada (lo que confirma el agotamiento de la fórmula asiática). Aunque donde verdaderamente hacen diana los dardos es en las chanzas a costa del comportamiento de Tom Cruise en su vida privada, con su famosa entrevista en el programa de Oprah Winfrey a la cabeza, lo que demuestra que ciertas actitudes de la vida real pueden ser mucho más patéticas y ridiculizables que cualquier ficción.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En