Un perito sostiene que en Leganés sedaron a un enfermo crónico

Un perito de la acusación declaró ayer en el Juzgado de Instrucción nº 3 de Leganés (Madrid) que uno de los pacientes fallecidos en el hospital Severo Ochoa "recibió una sedación a pesar de que era un enfermo crónico y no terminal", según afirmaron el abogado de la familia y de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), Rafael Martín Bueno.

El médico declaró que el paciente fue sedado con una medicación, el Midazolam, que está "contraindicada" en enfermos con insuficiencia respiratoria si no se aplica ventilación mecánica. El enfermo, Cándido P. I., de 78 años, sufr...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Un perito de la acusación declaró ayer en el Juzgado de Instrucción nº 3 de Leganés (Madrid) que uno de los pacientes fallecidos en el hospital Severo Ochoa "recibió una sedación a pesar de que era un enfermo crónico y no terminal", según afirmaron el abogado de la familia y de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), Rafael Martín Bueno.

El médico declaró que el paciente fue sedado con una medicación, el Midazolam, que está "contraindicada" en enfermos con insuficiencia respiratoria si no se aplica ventilación mecánica. El enfermo, Cándido P. I., de 78 años, sufría EPOC, una insuficiencia respiratoria.

Martín Bueno aseguró que "los médicos no utilizaron ninguna otra medida, y la muerte podría atribuirse al suministro de los fármacos". A esto suma el hecho de que el fallecido acudió nueve meses antes al hospital de Alcorcón con un cuadro clínico similar. Ahí "le pusieron un tratamiento y estuvo nueve meses sin problema, hasta que llegó al Severo Ochoa".

La declaración del perito se produce tras la reapertura del caso, ordenada por la Audiencia Provincial de Madrid por una "irregularidad procesal", después de que el juez lo archivara al no apreciar indicios de delito en la querella. El juez archivó el caso tras estudiar cinco informes: dos presentados por la defensa, uno por la acusación, otro por el médico forense (parte independiente) y el último por la Consejería de Sanidad de Madrid.

Según el recurso que presentó Avinesa contra el archivo del caso, el juez llamó a declarar a los autores de los dos informes de la defensa para que se ratificaran en lo expuesto en su trabajo. Pero no hizo lo mismo con el autor del informe de la acusación.

Agonía terminal

El médico que le aplicó la sedación, en cambio, considera que, cuando llegó al centro, el paciente sufría una "reagudización de su EPOC" que le sumió en una situación agónica terminal no recuperable. El facultativo, además, sostiene que respetó todos los protocolos nacionales e internacionales en la materia.

El juez de Leganés dio en un primer momento verosimilitud a la versión del médico, lo que le llevó a archivar el caso al considerar que "hay una falta absoluta de indicios" de criminalidad en el caso y que la actuación del médico acusado fue "correcta, adecuada y acorde con los cánones de la ciencia médica". No haberle aplicado la sedación a Cándido P. I. hubiera sido, según el auto del juez, "inhumano".

Por otra parte, la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Madrid expresó ayer su apoyo al informe emitido por el grupo de expertos nombrado por la presidenta de la entidad, Juliana Fariña. Pese a ello, la dirección del colegio recordó que "el informe no debe ser interpretado como una sentencia judicial" y "reiteró la presunción de inocencia de los médicos implicados".

Sobre la firma

Archivado En