"Es un homenaje a las víctimas de la guerra"

Cuando en 2003 fueron abiertas las primeras fosas comunes de la Guerra Civil en Aranda del Duero, a Pablo Sanz se le ocurrió escribir su relato Escuela de verano. La exhumación de los cadáveres en la localidad burgalesa, cerca de su pueblo natal, Hontangas, impresionó a este cartógrafo de 42 años que trabaja para la Comunidad de Madrid. "Me impactó ver las fotos de la excavación; sólo quedaban los huesos y las plantas de los pies cubiertas únicamente por las suelas de los zapatos de las 127 personas que fueron enterradas allí", rememora Sanz, que con su escrito ha ganado el Premio Relat...

Cuando en 2003 fueron abiertas las primeras fosas comunes de la Guerra Civil en Aranda del Duero, a Pablo Sanz se le ocurrió escribir su relato Escuela de verano. La exhumación de los cadáveres en la localidad burgalesa, cerca de su pueblo natal, Hontangas, impresionó a este cartógrafo de 42 años que trabaja para la Comunidad de Madrid. "Me impactó ver las fotos de la excavación; sólo quedaban los huesos y las plantas de los pies cubiertas únicamente por las suelas de los zapatos de las 127 personas que fueron enterradas allí", rememora Sanz, que con su escrito ha ganado el Premio Relato Breve 2006 convocado por EL PAÍS, la editorial Alfaguara y el Círculo de Bellas Artes.

Sanz, que vive en Madrid desde 1987, ha querido con su historia rendir un homenaje a "las víctimas olvidadas de la guerra y la dictadura de Franco". Divorciado y con una hija, Sanz obtendrá como premio un lote de publicaciones del Círculo y los libros publicados durante el año 2005 por Alfaguara.