Reportaje:

La anchoa esquiva

La flota del Cantábrico pasa en un día de capturar 104 toneladas en el estreno de la costera a bajar a sólo 12.000 kilos

Se las prometían muy felices los pescadores del Cantábrico después del exitoso estreno de la costera de la anchoa -el pasado martes se descargaron 104 toneladas en los puertos vascos-, pero ayer la mar volvió a mostrárseles esquiva. "Una de cal y otra de arena; así es el trabajo del marinero", afirma uno de los responsables de la lonja del Puerto de Pasajes. No cabe más que resignarse, pero sin perder la esperanza de que "tiempos venideros serán más favorables". Ayer se capturaron algo menos de 12.000 kilos de anchoa, una faena ridícula, según la opinión generalizada de los arrantzales....

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Se las prometían muy felices los pescadores del Cantábrico después del exitoso estreno de la costera de la anchoa -el pasado martes se descargaron 104 toneladas en los puertos vascos-, pero ayer la mar volvió a mostrárseles esquiva. "Una de cal y otra de arena; así es el trabajo del marinero", afirma uno de los responsables de la lonja del Puerto de Pasajes. No cabe más que resignarse, pero sin perder la esperanza de que "tiempos venideros serán más favorables". Ayer se capturaron algo menos de 12.000 kilos de anchoa, una faena ridícula, según la opinión generalizada de los arrantzales.

Carlos, José Manuel y Josecho, tres gallegos tripulantes del Porto de Aguiño, charlaban en corro mientras daban cuenta del almuerzo a media mañana de ayer. Sentados en el muelle pasaitarra, certifican que la jornada les fue bastante aciaga: "Comenzó muy bien el primer día, pero hoy [por ayer] ha entrado muy poca anchoa. Esto es algo normal; mañana pueden cambiar las tornas otra vez. Eso esperamos". Este pesquero gallego completó 120 cajas de pescado (cada una de ellas almacena 12 kilos), pero "la anchoa venía mezclada con sardina", dice José Manuel. "Esto supone mucho trabajo para los pescadores", apostilla Carlos, "porque hay que separar la anchoa de la sardina antes de llegar al puerto".

Las pescaderías despachan en poco tiempo la anchoa, pese a su alto precio

A mediodía, Nacho y la tripulación del Arela, también de matrícula gallega, ya habían dejado listo el barco para volver a zarpar. "La pesca ha sido floja, pero todos los días no pueden ser iguales. El año pasado a estas alturas de temporada no se pescó nada. Hoy, al menos, hemos cogido algo. No hay por qué preocuparse todavía; esto no ha hecho más que comenzar". De la misma opinión son Víctor y José, dos peruanos que tripulan en el O Poche gallego, que, como el resto de la flota, faenó ayer en una zona alejada entre cuatro y seis horas de viaje de la costa: "Recién se ha comenzado la pesca y seguro que mejorará. De todos modos, al haber muchos barcos, es normal que se pesque menos".

Es bien sabido que a escasez de pescado, su precio se dispara. Si la víspera el kilo de anchoa se pudo adquirir por nueve euros, ayer se acercó al doble en algunas pescaderías. "Hoy han llegado pocas cajas, pero nos las han quitado de las manos", asegura una pescadera del mercado de Pasaia. En la lonja se pagaron entre nueve y once euros cada kilo -unas 30 unidades-, pero en las pescaderías les aplican el IVA, otros 2,90 euros que cuesta la caja y la ganancia del comerciante. Sin embargo, el alto precio no parece importar a los consumidores: "Hay clientes que compran siempre que hay anchoa, esté al precio que esté. Sí hemos notado que la gente está con hambre de anchoa", asegura una empleada de la pescadería Coro Sotero, en el mercado donostiarra de San Martín.

Todavía no ha llegado a los 18 euros que se llegaron a pagar por kilo al inicio de la costera del año pasado, pero entonces la anchoa llegaba en cantidades insignificantes, hasta el punto de que hubo que suspender la costera. Fue una temporada pésima para la flota, en la que sólo se capturaron 200 toneladas. No había anchoa en 30 millas a la redonda, lo que obligó a las autoridades comunitarias a decretar una veda para esta pesquería a partir del pasado 13 de mayo.

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Los efectos de ese paro biológico "están por ver", asegura José Manuel, pero lo cierto es que están viendo "más anchoa que el año pasado". Aunque la reciente campaña del verdel ha supuesto un fracaso, este año no habrá que repetir una medida tan drástica para la anchoa, aseguran los arrantzales. Los arrastreros pelágicos franceses faenaron hasta el pasado 31 de marzo con un resultado más que aceptable. Esta referencia tranquiliza a la flota vasca, aunque sin perder de vista que "la mar siempre es imprevisible", dice Jaime Tejedor, presidente de las cofradías de Guipúzcoa: "Todavía es pronto para preocuparse. Vamos a ver cómo resultan los dos días de trabajo que nos quedan esta semana. Tiempo al tiempo. Las dos últimas semanas de abril van a marcar el signo de la costera", que se prolongará hasta el próximo 1 de junio.

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