El acusado por el 11-S afirma que querría ver ataques iguales "cada día"

La defensa de Zacarias Moussaoui, único acusado en EE UU por los atentados del 11 de septiembre, tiene ante sí la difícil tarea de evitar la condena a muerte para su representado y privarlo del martirologio que parece buscar. Moussaoui testificó en su juicio y criticó a sus propios defensores por no haber evitado que la vista tenga lugar a unos pocos kilómetros del Pentágono. El tribunal se encuentra en Alexandria (Virginia), no muy distante del Pentágono, atacado en los atentados terroristas del 11 de septiembre.

Contradictorio, Moussaoui parece buscar la condena a muerte como ...

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La defensa de Zacarias Moussaoui, único acusado en EE UU por los atentados del 11 de septiembre, tiene ante sí la difícil tarea de evitar la condena a muerte para su representado y privarlo del martirologio que parece buscar. Moussaoui testificó en su juicio y criticó a sus propios defensores por no haber evitado que la vista tenga lugar a unos pocos kilómetros del Pentágono. El tribunal se encuentra en Alexandria (Virginia), no muy distante del Pentágono, atacado en los atentados terroristas del 11 de septiembre.

Contradictorio, Moussaoui parece buscar la condena a muerte como soldado de Al Qaeda en su lucha contra el enemigo que es EE UU y convertirse en un mártir de la causa islamista. Pero acusó a sus abogados de tener "más interés en el caso que en salvar su vida". El abogado defensor Gerald Zerkin preguntó a su cliente si creía que la defensa estaba involucrada en una conspiración para asesinarlo. El acusado contestó que sufría un desinterés por parte de sus abogados que rayaba en lo "criminal".

En opinión del francés con raíces marroquíes, sus abogados deberían haber obtenido un cambio de jurisdicción y haber logrado que el tribunal no estuviera en el estado de Virginia, ya que su proximidad al Pentágono hace que el jurado sea especialmente sensible a los ataques del 11-S y pueda inclinarse más hacia la pena de muerte que a la cadena perpetua. Una de las primeras mociones que Moussaoui presentó cuando obtuvo el derecho a representarse a sí mismo en 2002 fue el cambio de lugar.

El quinto avión

Moussaoui ya ha subido dos veces al estrado durante el juicio -que servirá para decidir si se le condena o no a muerte- en contra del consejo de sus letrados. La primera vez que lo hizo sorprendió a todos al declarar que él era el piloto de un quinto avión destinado a estrellarse contra la Casa Blanca el 11 de septiembre. Esta confesión llegaba después de años de negar que tuviera un papel específico en los atentados.

La tarea de los abogados del acusado durante los próximos días consistirá en explicar que el papel de Moussaoui en los ataques fue limitado. Planean presentar pruebas de que su defendido está mentalmente enfermo y que su ejecución cumpliría su sueño de convertirse en un mártir. La defensa considera que Moussaoui podría haber mentido durante su testimonio con el único fin de ser ejecutado. Los abogados, designados por el juez y con los que el propio acusado se niega a cooperar, también han manifestado que Moussaoui apenas es nadie dentro de Al Qaeda y que lo que busca es inflar su estatus dentro de la organización.

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La defensa abrió su argumentación tratando de convencer al jurado de que si condena a cadena perpetua a Moussaoui éste será confinado en un lugar del que nunca jamás podrá escapar. Al jurado le basta con considerar que el acusado es responsable de una sola muerte del 11-S para condenarlo a la pena capital.

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