3.000 euros por pisar la alfombra roja

"En Valencia parece que os sobre el dinero". Es el resumen de un comentario cada vez más extendido entre los famosos, y no tan famosos, que vienen de fuera invitados a la presentación de la película Tirant lo Blanc del pasado jueves en el Palau de les Arts. Se entiende el comentario, a tenor de la grandilocuente escenografía de la ópera de Calatrava y de los 3.000 euros que cobraron algunos famosos ajenos al filme por mostrar su palmito por la alfombra roja.

Unos pocos, no todos, recibieron esa cantidad por asistir al acto organizado por la Generalitat y la Ciudad de las Artes y ...

"En Valencia parece que os sobre el dinero". Es el resumen de un comentario cada vez más extendido entre los famosos, y no tan famosos, que vienen de fuera invitados a la presentación de la película Tirant lo Blanc del pasado jueves en el Palau de les Arts. Se entiende el comentario, a tenor de la grandilocuente escenografía de la ópera de Calatrava y de los 3.000 euros que cobraron algunos famosos ajenos al filme por mostrar su palmito por la alfombra roja.

Unos pocos, no todos, recibieron esa cantidad por asistir al acto organizado por la Generalitat y la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. A otros se les pagó el viaje y la estancia. Hay categorías entre el famoseo, en función de la proyección mediática y televisiva de cada uno. Es una forma de garantizar el supuesto glamour de la entrada al Palau, retransmitida en directo por Canal 9. Las imágenes perpetúan la idea de que Valencia es una fiesta, y no sólo en Fallas. Y si hay que pagar por ello, se paga, como se paga para que las estrellas se paseen por la Mostra de València o las productoras vengan a rodar a la Ciudad de la Luz. Serà per diners. El objetivo es estratégico.

Mientras tanto, la deuda de la Generalitat sigue creciendo, como reitera el Banco de España, las ayudas a la producción de cine se congelan y la Consejería de Educación y Cultura se las ve para conseguir unos millones de euros y así no perder los cuatro que pone el Gobierno en el plan de mejora de las desabastecidas bibliotecas. Son cuestiones muy diferentes que no pueden empeñar la glamourosa inauguración del auditorio para conciertos sinfónicos del Palau de les Arts, el niño mimado en materia cultural del presidente de la Generalitat, Francisco Camps.