Rabat busca el apoyo de Aznar a su plan para el Sáhara

El rey marroquí envió a su primer ministro a encontrarse con el ex presidente en Bruselas

De nuevo Marruecos confía en tener al alcance de la mano una solución satisfactoria para el Sáhara, pero de nuevo teme que José María Aznar se la estropee. Por eso, para vencer ese obstáculo, el rey Mohamed VI encargó a su primer ministro, Driss Jettu, que se entrevistase discretamente en Bruselas, el 8 de marzo, con el ex presidente español, según fuentes de su entorno.

Rabat está preparando un plan de autonomía para el Sáhara con el que pretende demostrar su buena voluntad ante la ONU después de haber rechazado el llamado Plan Baker, aprobado por el Consejo de Seguridad por unanimidad...

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De nuevo Marruecos confía en tener al alcance de la mano una solución satisfactoria para el Sáhara, pero de nuevo teme que José María Aznar se la estropee. Por eso, para vencer ese obstáculo, el rey Mohamed VI encargó a su primer ministro, Driss Jettu, que se entrevistase discretamente en Bruselas, el 8 de marzo, con el ex presidente español, según fuentes de su entorno.

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Rabat está preparando un plan de autonomía para el Sáhara con el que pretende demostrar su buena voluntad ante la ONU después de haber rechazado el llamado Plan Baker, aprobado por el Consejo de Seguridad por unanimidad en julio de 2003, que preveía una autonomía seguida de un referéndum de autodeterminación. Con anterioridad, Argelia y el Frente Polisario lo habían aprobado.

Dos años antes, en 2001, Mohamed VI se creyó que podía prosperar en Naciones Unidas la primera propuesta de solución elaborada por el norteamericano James Baker, el llamado Acuerdo Marco. Ésa sí que le agradaba, porque preveía un referéndum, tras un periodo de autonomía, con un censo de votantes que le era muy favorable.

Pero el monarca alauí se encontró con un estorbo insalvable: Aznar. España no estaba entonces en el Consejo de Seguridad, pero la antigua potencia colonial posee sobre este asunto gran capacidad de influencia. El entonces presidente se opuso al Acuerdo Marco porque no respetaba, según él, la legalidad internacional y el derecho de autodeterminación. EE UU no apostó por él. El primer proyecto de Baker fracasó.

Ahora Aznar ya no está en el poder, pero Rabat teme, según fuentes marroquíes, que el Partido Popular arremeta contra el Gobierno español por "haber traicionado" al pueblo saharaui alentando a Marruecos a seguir adelante con su iniciativa. Reduciría así el margen de maniobra español para apoyar la autonomía.

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Por eso, en su entrevista con Aznar, Jettu le explicó, sin entrar en detalles, las intenciones autonómicas de Mohamed VI en la ex colonia española, le pidió comprensión y le rogó que no utilizase este asunto como arma arrojadiza contra sus adversarios socialistas.

Fue el primer ministro el encargado de trasladar a Aznar este mensaje, porque no en balde Jettu mantuvo siempre con su homólogo español, incluso en los peores momentos de la crisis bilateral, una relación cordial. Fue también el dirigente marroquí que más apostó por la reconciliación con España después de Perejil.

Aznar respondió a sus ruegos que él ya no tenía responsabilidades ejecutivas en el partido. Aun así, tomó nota de la solicitud de su interlocutor, al que recalcó, no obstante, que es necesario ser respetuoso con la legalidad internacional. Aunque no lo dijo explícitamente, ésta incluye, en su opinión, la celebración de un referéndum en el que una de las opciones sea la independencia.

Buena acogida socialista

Las reticencias de Aznar ante la autonomía para el Sáhara contrastan con la buena acogida que el proyecto real, aún no conocido, obtuvo en las filas del PSOE. Los primeros en celebrarlo fueron los socialistas canarios y hace 10 días se sumó, por ejemplo, a ellos el portavoz socialista en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Rafael Estrella. "(...) puede abrir un nuevo escenario que la comunidad internacional deberá analizar", recalcó. El Gobierno español guarda silencio.

El Departamento de Estado norteamericano también animó a Rabat en enero, por boca de su portavoz, "a poner sobre la mesa una buena propuesta que todas las partes podrán examinar y discutir". El Frente Polisario, explícitamente, y el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, implícitamente, han rechazado de antemano el plan marroquí.

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