El jefe militar británico en Irak anuncia que sus tropas se retirarán en 2008

Según el general Nick Houghton, la operación comenzará antes de que concluya el verano

El teniente general Nick Houghton, jefe de las fuerzas británicas en Irak, asegura que las tropas del Reino Unido habrán completado su retirada del país en el verano de 2008, según publicaba ayer el diario The Daily Telegraph. El proceso se realizará en cuatro etapas y comenzará esta primavera o, a más tardar, a finales del verano. Las declaraciones de Houghton, matizadas después por el Ministerio de Defensa británico, fueron bien recibidas tanto por los seguidores del clérigo radical chií Múqtada al Sáder como por el Partido Suní Iraquí Islámico.

Sin llegar a desmentir al milita...

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El teniente general Nick Houghton, jefe de las fuerzas británicas en Irak, asegura que las tropas del Reino Unido habrán completado su retirada del país en el verano de 2008, según publicaba ayer el diario The Daily Telegraph. El proceso se realizará en cuatro etapas y comenzará esta primavera o, a más tardar, a finales del verano. Las declaraciones de Houghton, matizadas después por el Ministerio de Defensa británico, fueron bien recibidas tanto por los seguidores del clérigo radical chií Múqtada al Sáder como por el Partido Suní Iraquí Islámico.

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Sin llegar a desmentir al militar, un portavoz de Defensa dijo que el general "ha dejado claro que todo está sujeto a condiciones. Estaba simplemente subrayando posibles escenarios para el traspaso. (...) El punto clave es que no se ha tomado decisión alguna ni sobre el calendario ni sobre el nivel de las fuerzas".

El general, número dos de las fuerzas aliadas en Irak tras el comandante norteamericano, general George W. Casey, destacó la importancia de que la población iraquí entienda que las fuerzas británicas no tienen intención de quedarse. "Hay una línea muy fina que separa el quedarse demasiado tiempo del marcharse demasiado pronto", dijo. "Una transición de dos años nos da la oportunidad de evitar los peligros de abusar del hecho de ser bienvenidos y nos da ocasión de consolidar las fuerzas iraquíes".

Los aliados entrenan a unos 230.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes llamados a ir sustituyendo a los 135.000 estadounidenses, 8.500 británicos y algo más de 15.000 soldados de Corea del Sur, Dinamarca, El Salvador, Italia, Japón, y otros países, que conforman las fuerzas aliadas. Aunque el Sunday Telegraph, periódico hermano del Telegraph, ya adelantó el domingo un plan de retirada en la línea apuntada ahora por el general Houghton, sus declaraciones son especialmente relevantes porque es la primera vez que un alto militar aliado se refiere abiertamente a un calendario concreto sobre la retirada de Irak.

Tanto el presidente estadounidense, George W. Bush, como el primer ministro británico, Tony Blair, se han negado a establecer un calendario público para la retirada, aunque desde hace tiempo existe el consenso de que ésta será pronto dado el creciente desgaste político que ambos padecen. Uno de los ideólogos de la guerra contra Sadam Husein, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, señaló ayer de nuevo a Irán como el principal agitador en Irak al decir que los Guardianes de la Revolución operan dentro del país.

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En el terreno de la seguridad -ayer, 13 muertos, seis de ellos policías, y 33 heridos en varios atentados en Irak-, muchos analistas piensan que la retirada extranjera restaría a la insurgencia una de sus principales bazas propagandísticas y sería positiva a medio plazo. En el terreno político, las querellas entre los distintos partidos impiden la formación incluso del Gobierno, casi tres meses después de las elecciones del 15 de diciembre.

Los dos partidos kurdos, estrechos aliados de EE UU, rechazan ahora al chií Ibrahim al Yafari como primer ministro. Éste es el candidato propuesto por la coalición de partidos islamistas chií, ganadora de las elecciones (130 escaños de 275, insuficientes para tener la mayoría absoluta). Los sunitas se han sumado a los kurdos en el rechazo a Al Yafari, quien se niega a retirar su candidatura.

Este embrollo político, que refleja el distanciamiento entre los tres grandes grupos que componen Irak, es el que obligó ayer a posponer la prevista inauguración del Parlamento hasta el 16 de marzo, como anunció el presidente de la Asamblea, Hajim al Hasani. Uno de los que podrían deshacer el embrollo es el gran ayatolá Ali Sistani, jefe espiritual de los chiíes en Irak. En los últimos días le han visitado emisarios de los partidos kurdos y de Al Yafari. Cada uno le ha explicado su punto de vista. Ahora sólo falta conocer el suyo.

Pesimismo en EE UU

Ocho de cada 10 estadounidenses estiman que los últimos brotes de violencia entre suníes y chiíes en Irak, la llamada guerra de las mezquitas tras el atentado de Samarra, hacen muy probable el estallido de una guerra civil, según una encuesta publicada por The Washington Post y la cadena de televisión ABC.

Aunque cerca del 49% de los encuestados consideran que se han producido progresos al establecer un Gobierno democrático (en diciembre el porcentaje llegaba al 65%), el pesimismo es creciente, incluso entre los votantes republicanos: 7 de cada 10 creen que la guerra civil en el país árabe está próxima.

El 65% sostiene que el presidente George W. Bush carece de un plan para solucionar el problema, y el 59% desaprueba la gestión presidencial en este asunto, frente a un 40% que considera que la Casa Blanca está haciendo un buen trabajo.

Un 20% se opone a una retirada inmediata de las tropas estadounidenses allí desplegadas, pero sube al 52% el porcentaje de quienes favorecen una reducción paulatina del número de soldados.

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