Entrevista:PEDRO NUÑEZ MORGADES | Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid

"Llevar a la cárcel a chicos de 18 años es decirles: allá te pudras"

El proyecto de ley presentado ayer por el Gobierno debería ser, según el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, sólo el inicio de un "debate profundo" sobre la mejor forma de conseguir la recuperación de los menores delincuentes.

Pregunta. ¿Qué opina de la posibilidad de enviar a los menores a un centro penitenciario de adultos al cumplir los 18 años?

Respuesta. Aunque no sea automático, sino algo excepcional que pueden aplicar los jueces, creo que es una medida inhumana, de impotencia. Trasladar a una cárcel a un chico de 18 años es no creerte la misión de r...

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El proyecto de ley presentado ayer por el Gobierno debería ser, según el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, sólo el inicio de un "debate profundo" sobre la mejor forma de conseguir la recuperación de los menores delincuentes.

Pregunta. ¿Qué opina de la posibilidad de enviar a los menores a un centro penitenciario de adultos al cumplir los 18 años?

Respuesta. Aunque no sea automático, sino algo excepcional que pueden aplicar los jueces, creo que es una medida inhumana, de impotencia. Trasladar a una cárcel a un chico de 18 años es no creerte la misión de reeducación de las penas establecida en la Constitución y significa decirle al menor: "Ya no podemos hacer nada contigo. Allá te pudras".

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P. Se argumenta a favor de esta medida que no conviene juntar a chicos de 14 años con otros de 17 que han cometido delitos como asesinatos o violaciones.

R. Pero la solución no es abandonar a su suerte a los más mayores. Habría que tener módulos y centros adecuados para las necesidades de cada menor.Para esto harían falta más recursos. Por ejemplo, no hay centros de internamiento especiales para menores con trastornos de personalidad ni con problemas de drogadicción.

P. ¿Está de acuerdo con que se interne en centros cerrados a miembros de bandas juveniles aunque no hayan cometido delitos muy graves?

R. Lo veo más como medida de protección del menor que como castigo: estos chicos no son capaces por sí mismos muchas veces de apartarse de la banda.

P. ¿Cuáles son, a su juicio, los principales problemas que ha tenido la aplicación de esta ley?

R. La falta de recursos. No hay unidades especializadas de policía, ni fiscales suficientes, ni equipos técnicos para seguir e informar a los jueces de la evolución de las medidas. Y los ayuntamientos no otorgan licencias para que se construyan nuevos centros. Si esto sigue pasando, dentro de unos meses la opinión pública exigirá otra reforma.

P. ¿Cree que se está legislando por presión social?

R. La ley no se ha explicado bien y la opinión pública cree que lleva a la impunidad de los menores, cuando lo cierto es que es útil e incluye ya medidas de muy larga duración.

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