El acusado de matar a su pareja en Hendaya ya había sido denunciado

El presunto homicida ingresó ayer en prisión

Sobre él pesaban varias denuncias por maltratar a su pareja, llegó incluso a estar detenido hace un año. De nada sirvió. Patxi Xabier Aranburu mató a su compañera, Begoña Behoyo, tras someterla a una tortura de 72 horas en un piso alquilado en Hendaya (Francia). La víctima logró escapar, pero murió el miércoles en un hospital donostiarra. El agresor, que ingresó ayer en la prisión de Martutene, será previsiblemente juzgado por la Audiencia Nacional.

Ni la Ertzaintza, ni la Fiscalía ni el Juzgado de Instrucción número 4 de Irún, precisaron ayer si pesaba o no orden de alejamiento sobre A...

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Sobre él pesaban varias denuncias por maltratar a su pareja, llegó incluso a estar detenido hace un año. De nada sirvió. Patxi Xabier Aranburu mató a su compañera, Begoña Behoyo, tras someterla a una tortura de 72 horas en un piso alquilado en Hendaya (Francia). La víctima logró escapar, pero murió el miércoles en un hospital donostiarra. El agresor, que ingresó ayer en la prisión de Martutene, será previsiblemente juzgado por la Audiencia Nacional.

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Ni la Ertzaintza, ni la Fiscalía ni el Juzgado de Instrucción número 4 de Irún, precisaron ayer si pesaba o no orden de alejamiento sobre Aranburu. "Aunque tampoco es ninguna garantía", dicen fuentes judiciales. "Muchas veces son las mujeres las que se van voluntariamente con sus agresores". Lo único cierto es que la pareja, ambos donostiarras de 40 años, llegaron hace aproximadamente una semana a un apartamento de una urbanización de Hendaya.

"Su dueño suele alquilarlo en negro por semanas o fines de semana", contó un vecino. "Al salir el jueves de casa a las 6.30 oí gritos y ruido de muebles, pero pensé que era una simple riña de pareja". Estaba escuchando en realidad algunas de las patadas, puñetazos y golpes que Aranburu le propinó durante tres días (28, 29 y 30 de diciembre), incluso con una botella, a su compañera y madre de su hija de 4 años.

En un momento de despiste, Begoña logró llamar a su madre y contarle su infierno -su hermana fue entonces a interponer una denuncia ante la Ertzaintza por violencia de género, detención ilegal y sustracción de menor -. Y en otro de esos momentos, el día 30, escapó, pidió ayuda a un vecino, y se presentó en la comisaría de Irún. Los agentes no le dejaron ni detenerse a interponer la denuncia al ver su estado. Begoña fue trasladada al Hospital del Bidasoa. Tenía tres costillas y la nariz rotas, además de policontusiones múltiples, contusión pulmonar e insuficiencia respiratoria, según constataron allí. Presentaba un cuadro tan grave que fue conducida al Hospital Donostia. Al día siguiente su agresor fue detenido, pero el juez lo puso en libertad el 2 de enero y no dictó nueva orden de arresto hasta el 3. La vida de Begoña, madre también de un chico de 19 años fruto de una anterior relación, se estaba ya apagando. Sólo aguantó unas horas.

Concentración ante el Ayuntamiento de Hendaya, ayer.JAVIER HERNÁNDEZ

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