Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

Libres de petróleo

Los biocombustibles aportan un 0,4 % al consumo energético del sector transportes

En Andalucía, las estadísticas que reflejan el consumo energético del sector transportes están dominadas, como es lógico, por el petróleo y sus derivados. Los gasóleos aportan el 65% de la energía que demandan los vehículos que transitan por la comunidad autónoma, seguidos por las gasolinas, con un 27%, los querosenos (6,3%) y, por último, la electricidad (0,7%) que se destina, casi en su totalidad, a los ferrocarriles. Pero a esta tarta le falta una porción, minúscula pero novedosa. Por vez primera en este balance oficial aparecen los biocarburantes, con un discreto 0,4% de consumo.

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En Andalucía, las estadísticas que reflejan el consumo energético del sector transportes están dominadas, como es lógico, por el petróleo y sus derivados. Los gasóleos aportan el 65% de la energía que demandan los vehículos que transitan por la comunidad autónoma, seguidos por las gasolinas, con un 27%, los querosenos (6,3%) y, por último, la electricidad (0,7%) que se destina, casi en su totalidad, a los ferrocarriles. Pero a esta tarta le falta una porción, minúscula pero novedosa. Por vez primera en este balance oficial aparecen los biocarburantes, con un discreto 0,4% de consumo.

El porcentaje puede parecer ridículo, pero así comenzaron a introducirse en el mercado energético otras fuentes renovables, como la eólica o la solar, que hoy ya no se contemplan como una rareza. De hecho, aunque el volumen de biocombustibles sea aún poco significativo, todo parece indicar que, a corto plazo, se puede producir un importante crecimiento en la disponibilidad y consumo de estos carburantes ecológicos, obtenidos a partir de diferentes materias primas vegetales.

Pocos consumidores saben, por ejemplo, que los biocombustibles están ya disponibles en las gasolineras de la comunidad autónoma. En algunos casos, los menos, se trata de una disponibilidad evidente, puesto que lo que se oferta, de manera explícita, es biodiésel, capaz de sustituir, en la mayoría de los motores, al diesel convencional. En otros casos, sin que lo advierta el conductor, la gasolina que reposta incorpora un aditivo (denominado ETBE) que se obtiene a partir de bioetanol.

En la actualidad son al menos seis las gasolineras que en Andalucía ofertan biodiesel (dos en Sevilla, y una en Málaga, Granada, Córdoba y Huelva), aunque esta cifra está en constante crecimiento, por lo que los interesados pueden consultar el mapa actualizado de dichos surtidores en Internet (www.energias-renovables.com/paginas/Combustible.asp). Y en lo que se refiere a las gasolinas que incorporan bioetanol, la Consejería de Innovación calcula que en la actualidad representan algo más del 1% del total consumido en la región, lo que supone, en términos energéticos, unas 13.000 toneladas equivalentes de petróleo (tep).

En cuanto a capacidad de producción, las cifras son igualmente moderadas. En todo el país se ofertarán, a finales de este año, 257.000 toneladas de bioetanol (que equivalen a 164.000 toneladas de petróleo) y unas 150.000 toneladas de biodiésel (135.000 tep). Parte de la producción española de bioetanol se procesa en las refinerías que Cepsa opera en Palos de la Frontera (Huelva) y Algeciras (Cádiz), donde cada año se fabrican unas 100.000 toneladas de ETBE. El biodiésel, sin embargo, aún no se elabora en Andalucía, aunque la primera planta dedicada a la producción de este combustible ecológico, impulsada por la Empresa de Gestión Medioambiental (Egmasa) y Cajamar, entrará en funcionamiento, a finales de verano de 2006, en Níjar (Almería), con una producción estimada de 6.000 toneladas al año.

El biodiésel que se fabrique en Almería se obtendrá a partir del tratamiento de aceites vegetales usados. La empresa que gestionará la planta, Albabío, espera reciclar para este fin un 30% de los aceites que se vienen desechando en bares, restaurantes, colegios, hospitales y también domicilios particulares. La retirada de este residuo ya se ha concertado con la asociación de hosteleros, y se prepara una campaña de información para divulgar esta iniciativa.

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Aunque en este caso el combustible se fabricará utilizando aceites vegetales usados, también podrían destinarse a esta planta, u otras de similares características, semillas de cultivos denominados energéticos, como el girasol. La Unidad de Prospectiva de la Empresa Pública de Desarrollo Agrario y Pesquero ya examinó esta posibilidad hace cinco años, cuando elaboró un completo informe sobre las perspectivas del biodiesel en Andalucía. De acuerdo a este documento, cada 10.000 hectáreas de girasol son susceptibles de transformarse en unos 4 millones de litros de biodiesel, de manera que si toda la superficie disponible en la región andaluza para este cultivo se destinara a la fabricación de este biocarburante se podrían obtener unos 220 millones de litros al año, lo que supone casi el 9% de la demanda regional de gasóleo tipo A. Dicho de otra manera, los agricultores serían capaces de producir el 35 % de todo el combustible que consumen.

Si esta fórmula no termina de despegar es debido al bajo precio que se paga por las semillas energéticas que no tienen un uso alimentario, de manera que los agricultores andaluces que han optado por este tipo de cultivos prefieren exportar sus producciones a países como Italia o el Reino Unido, donde esta fuente energética alternativa goza de mejores retribuciones.

Limpios y renovables

Desde un punto de vista ambiental, los biocombustibles presentan numerosas ventajas. A diferencia de lo que ocurre con los carburantes convencionales, la combustión de biodiesel, obtenido a partir de grasas vegetales, no genera dióxido de azufre, con lo que se mitiga el problema de la lluvia ácida. Asimismo, se reducen de manera notable las emisiones de partículas en suspensión, metales pesados, monóxido de carbono, hidrocarburos aromáticos policíclicos y compuestos orgánicos volátiles, elementos implicados, de manera decisiva, en la contaminación atmosférica que sufren las grandes urbes y también en el cambio climático global. Este producto, además, puede obtenerse a partir de aceites usados, con lo que se soluciona el problema de la retirada y eliminación de este residuo.

El bioetanol, en comparación con la gasolina, también presenta un balance muy favorable en lo que se refiere a las emisiones de monóxido de carbono e hidrocarburos. En este caso, el producto se obtiene a partir de semillas ricas en azúcares sometidas a fermentación.

El biodiésel puede ser mezclado con el diesel tradicional, o bien sustituirlo totalmente, en la mayoría de los motores de este tipo. El bioetanol puede utilizarse para la fabricación de aditivos como el ETBE, o bien emplearse directamente mezclándolo con la gasolina en diferentes porcentajes, aunque cuando su presencia rebasa el 15% pueden necesitar pequeñas modificaciones en el motor.

De acuerdo a estas características, la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) calcula que, sin necesidad adaptar el parque móvil existente, en el horizonte de 2010 los biocarburantes podrían cubrir en España un 25% del consumo total de combustibles.

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