La aviación israelí lanza un ataque sobre el norte de Gaza y mata a siete palestinos

El Gobierno de Ariel Sharon reclama la expulsión de Irán de Naciones Unidas

Siete palestinos murieron ayer en un ataque de la aviación de Israel en la franja de Gaza, que tuvo como objetivo a un dirigente del movimiento fundamentalista Yihad Islámica. La ofensiva se produce en represalia del atentado suicida perpetrado el miércoles en la ciudad de Hadera, que causó la muerte de cinco civiles israelíes. Simultáneamente, el Gobierno de Ariel Sharon pidió la expulsión de Irán de la ONU, después de que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, expresara su deseo de que Israel "sea borrado del mapa".

La respuesta de Israel al atentado de Hadera no se ha hecho esperar...

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Siete palestinos murieron ayer en un ataque de la aviación de Israel en la franja de Gaza, que tuvo como objetivo a un dirigente del movimiento fundamentalista Yihad Islámica. La ofensiva se produce en represalia del atentado suicida perpetrado el miércoles en la ciudad de Hadera, que causó la muerte de cinco civiles israelíes. Simultáneamente, el Gobierno de Ariel Sharon pidió la expulsión de Irán de la ONU, después de que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, expresara su deseo de que Israel "sea borrado del mapa".

La respuesta de Israel al atentado de Hadera no se ha hecho esperar. Varios cohetes disparados, según la agencia Efe, desde helicópteros Apache, acertaron en el vehículo en el que dirigente islamista Shadi Mohana se desplazaba entre el campo de refugiados de Yabalía y Bet Lahie, en la franja de Gaza. Siete personas, entre ellas Mohana y sus acompañantes, murieron en el acto. Otras nueve resultaron heridas.

Mohana era el jefe de la milicia de la Yihad en Yabalía, y responsable del lanzamiento de misiles contra Israel. Previamente, el ministro de Defensa israelí, Saul Mofaz, había recomendado la reanudación de los asesinatos de dirigentes fundamentalistas; vehículos militares entraron en Yenín y detuvieron a Abdel Jalim Azedin, líder de Yihad Islámica en esta ciudad cisjordana, al padre del suicida y a otros supuestos activistas; se decretó el toque de queda; quedó prohibido el tráfico de vehículos palestinos en la zona norte de Cisjordania, que fue dividida en dos partes incomunicadas, y se impidió hasta nueva orden la entrada de palestinos a Israel.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, justificó la acción por "el absoluto fracaso de la Autoridad Palestina en la lucha contra el terrorismo" y descartó reunirse con el presidente palestino, Mahmud Abbas, hasta que impulse "acciones serias" contra los grupos armados. La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, llamó a Abbas para exigirle un esfuerzo mayor en la lucha contra estos grupos.

Israel volvió a bombardear anoche Gaza: aviones F-16 y helicópteros de combate dispararon varios misiles contra áreas deshabitadas y destrozaron varias carreteras. El Ejército israelí afirmó que las vías destruidas servían a grupos palestinos para preparar ataques contra Israel.

Tres organizaciones palestinas contestaron ayer las acciones de Israel con comunicados clamando venganza y dando por finiquitada la tregua. Yihad Islámica, Hamás y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa divulgaron comunicados anunciando "inmediatas y dolorosas respuestas a la matanza de siete palestinos".

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Las acciones de represalia de Israel se producen en medio del aluvión de condenas al discurso del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, que el miércoles expresó su deseo de que Israel fuera "borrado del mapa".

Israel ha acusado a Irán de financiar y de proveer de armas a los movimientos fundamentalistas palestinos, especialmente a Yihad Islámica, autora del atentado de Hadera. Ayer, el Gobierno de Sharon pidió que Irán sea expulsado de la ONU. "Un Estado que reclama la destrucción de otro pueblo no puede ser miembro de Naciones Unidas", afirmó el jefe del Ejecutivo durante una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov.

La iniciativa partió del viceprimer ministro, el laborista Simón Peres. El Gobierno de Israel, aunque consciente de las escasas probabilidades de que prospere su petición de expulsión, aprovechó la presencia de Lavrov para arrimar el ascua a su sardina. "Un país como Irán, si dispone de armas nucleares, es un peligro no sólo para Israel, sino también para todo Oriente Próximo y para Europa", afirmó Sharon. Teherán, que no reconoce el derecho a la existencia del Estado judío, insiste en que su programa atómico se limitará a la producción de energía.

Soldados israelíes limpian el cañón de un tanque en la base de Nahal Oz, cerca de la franja de Gaza.EFE

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