El sol que sale en noviembre

La magia del Cirque du Soleil regresa a Bilbao en noviembre en lo que será su tercera visita a la capital vizcaína, que ya se ha convertido en una de las citas del recorrido de giras de la compañía desde que en mayo de 2000 instalara su carpa junto al Museo Guggenheim para ofrecer Quidam. En 2003, regresaría con Saltimbanco, en una nueva ubicación, la explanada de Zorrozaurre, donde se alzará esta vez también la carpa. El próximo día 18, se levantará el telón de este montaje que, en principio está previsto que dure hasta el 4 de diciembre. Sin embargo, es muy probable que, como s...

La magia del Cirque du Soleil regresa a Bilbao en noviembre en lo que será su tercera visita a la capital vizcaína, que ya se ha convertido en una de las citas del recorrido de giras de la compañía desde que en mayo de 2000 instalara su carpa junto al Museo Guggenheim para ofrecer Quidam. En 2003, regresaría con Saltimbanco, en una nueva ubicación, la explanada de Zorrozaurre, donde se alzará esta vez también la carpa. El próximo día 18, se levantará el telón de este montaje que, en principio está previsto que dure hasta el 4 de diciembre. Sin embargo, es muy probable que, como sucedió en las anteriores visitas, el Cirque du Soleil prorrogue sus funciones hasta finales de diciembre, una fecha que ayer se le escapó a uno de los responsables de la compañía durante la presentación del espectáculo en un hotel de Bilbao. Al fin y al cabo la cita siguiente, en Sevilla, no será hasta el 12 de enero.

Dralion, que juega con la combinación de las palabras dragón y león, es la duodécima producción de la compañía y en ella se combina la vanguardia característica del grupo circense internacional con el misterio de las tradiciones chinas. Fue precisamente el deseo de rendir un homenaje a la tradición ancestral del circo chino el punto de partida de este espectáculo que se creó en 1999. Desde entonces, lo han visto más de ocho millones de espectadores. Su puesta en escena es posible gracias al trabajo de más de 55 personas de 10 países diferentes, que realizan 11 números de gran complejidad y belleza. Son equilibristas, músicos, payasos, malabaristas y atletas. "Actuar en Bilbao nos encanta, porque el público es muy cálido y siempre nos ha dado una gran acogida", comentó Stephan Roy, el responsable de la escenografía de Dralion. También indicó que la compañía trata de establecer una "relación con el público" procurando que las visitas a cada ciudad elegida no se espacien en exceso.

Este montaje es un espectáculo "eminentemente visual", como lo definieron sus responsables, donde "se entremezclan de manera sutil los cuatro elementos: luz, tierra, agua y fuego". Los cuatro elementos están representados en escena con cuatro colores. "Lo que mostramos en el show son, en definitiva, nuestros sentimientos", indicó Roy. La música que acompaña los números y la historia que se narra, compuesta por Violaine Corradi, utiliza distintos ritmos tradicionales, melodías indias y sonidos electrónicos envolventes.

El Circo lleva ya 20 años en activo, ha crecido hasta convertirse en "una empresa de creación" y en estos momentos tiene 11 espectáculos en gira por el mundo.