La asignatura de religión sigue igual que antes

La asignatura de la religión católica sigue igual que en la anterior legislatura. El que quiera estudiar religión puede hacerlo y el que no, no lo hará. Los centros escolares han de ofrecer obligatoriamente la asignatura de religión pero para los alumnos es voluntario matricularse en ella o no. Para los que optan por no estudiar la asignatura confesional se organizan en las escuelas talleres, actividades de ocio, lectura, o simplemente, que es lo que ocurre en la mayoría de los casos, se dedica esa hora al estudio y repaso.

Nada ha cambiado y nada parece que vaya a cambiar con la actual...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La asignatura de la religión católica sigue igual que en la anterior legislatura. El que quiera estudiar religión puede hacerlo y el que no, no lo hará. Los centros escolares han de ofrecer obligatoriamente la asignatura de religión pero para los alumnos es voluntario matricularse en ella o no. Para los que optan por no estudiar la asignatura confesional se organizan en las escuelas talleres, actividades de ocio, lectura, o simplemente, que es lo que ocurre en la mayoría de los casos, se dedica esa hora al estudio y repaso.

Nada ha cambiado y nada parece que vaya a cambiar con la actual Ley Orgánica de Educación (LOE), en trámite parlamentario. Una primera redacción de esta ley repetía el enunciado de siempre: la enseñanza de la religión "será de oferta obligatoria para los centros y voluntaria para los alumnos". El texto definitivo ha cambiado ese detalle por una redacción más general en la que se recuerda que estas enseñanzas seguirán lo establecido en los acuerdos "suscritos entre el Estado español y la Santa Sede".

Esta situación pudo cambiar durante la mayoría absoluta de José María Aznar, su segunda legislatura en el poder, cuando se aprobó una ambiciosa reforma educativa, la llamada Ley de Calidad. Pero cuando los socialistas llegaron al poder paralizaron el calendario de aplicación de la reforma, y los cambios previstos en la enseñanza religiosa no llegaron a aplicarse nunca, para descontento de la Iglesia, que había conseguido ver plasmadas en la Ley Orgánica de Calidad antiguas reivindicaciones.

Los populares, en su ley, creaban el área de Sociedad, Cultura y Religión, que se dividía en dos asignaturas, una confesional y otra no. Los alumnos estaban obligados a elegir una o la otra: Religión o Hecho Religioso. Estaba previsto que las dos fueran evaluables, por tanto, que se les pusiera una nota. Ambas asignaturas tenían el mismo peso en el programa escolar que las matemáticas o la lengua, y suspender la Religión podía costar el curso entero si además se tenía en la cartilla de notas otros dos suspensos. La nota obtenida en Religión no contaba, eso sí, ni para obtener una beca ni para extraer la nota media antes de pasar a la universidad. Pero nada de esto ocurrió. Todo sigue igual.

Sobre la firma

Archivado En