Lula se niega a tirar la toalla y prepara un plan para superar el escándalo de corrupción

Varios ministros aconsejan al presidente brasileño que no se presente a las elecciones

Lula da Silva se resiste a tirar la toalla. El presidente brasileño tiene cada vez menos margen de maniobra dentro de la trama de corrupción que azota su Partido de los Trabajadores (PT), pero aun así prepara una nueva táctica para sortear la crisis. Sobre todo, quiere crear un Gabinete especial para hacer frente al escándalo. Ello a pesar de que varios de sus ministros le aconsejan que acepte la oferta de la oposición para no presentarse a las próximas elecciones, a cambio de evitar un posible procesamiento. Una iniciativa que ayer fue bien recibida por los sectores económicos.

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Lula da Silva se resiste a tirar la toalla. El presidente brasileño tiene cada vez menos margen de maniobra dentro de la trama de corrupción que azota su Partido de los Trabajadores (PT), pero aun así prepara una nueva táctica para sortear la crisis. Sobre todo, quiere crear un Gabinete especial para hacer frente al escándalo. Ello a pesar de que varios de sus ministros le aconsejan que acepte la oferta de la oposición para no presentarse a las próximas elecciones, a cambio de evitar un posible procesamiento. Una iniciativa que ayer fue bien recibida por los sectores económicos.

Lula intenta convencer a sus asesores más cercanos, entre ellos el ministro de Justicia, Thomas Bastos, y el de Economía, Antonio Palocci, de que la mejor defensa es el ataque. El presidente de Brasil, animado por la propuesta de los partidos de oposición de no abrir un proceso contra él para intentar derrotar al PT en las urnas (sin Lula como candidato), está preparando una táctica personal para pasar a la ofensiva. Como principal medida, quiere crear un Gabinete especial para hacer frente al escándalo.

El mandatario brasileño no quiere hacer nuevos discursos al país después de la mala recepción que tuvo el que pronunció el pasado viernes, a pesar de que éste pidió perdón a todos los ciudadanos.

El nuevo presidente del PT, Tarso Genro, sí quiere que Lula aparezca públicamente más veces, pero Lula insiste en que mejor que hablar, es hacer. Está convencido de que lo que puede salvar al Gobierno es justamente ponerse en pie de guerra y luchar. Lula quiere que los ministros se remanguen la camisa y se pongan a trabajar. Hasta les ha pedido que trabajen "hasta medianoche" si es preciso. El presidente siempre se ha quejado de que los ministros trabajan poco y de que no saben "vender" los logros de sus trabajos.

La Bolsa, los bonos de deuda y la moneda brasileña se revalorizaron ayer como respuesta a la noticia de que la oposición no iba a pedir el procesamiento del presidente. Y esto incluso le ha dado más ánimos a Lula para poner en marcha su estrategia. Una de esas medidas, según se comentaba ayer en círculos de la oposición, es la de señalar al responsable de la trama de corrupción, la persona que ha "traicionado" la confianza del presidente.

Al parecer, Lula estaría dispuesto a pedir al ex ministro José Dirceu, su antigua mano derecha, que se declare culpable y confiese que fue él quien urdió la trama de corrupción para pagar a diputados a cambio de apoyo parlamentario. Dirceu también debería reconocer que él fue quien recaudó dinero negro para financiar al PT y el que dio la orden para que fuera depositado en paraísos fiscales.

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Dirceu, que se halla en medio del proceso por el que se busca quitarle su inmunidad como diputado, aceptó ayer, por primera vez, que "sabía algo, pero no todo" de lo que estaba pasando. Curiosa coincidencia.

La oposición, encabezada por el Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB) del ex presidente Fernando Cardoso, tiene la certeza de que Lula, ni aun presentándose en las elecciones de 2006, sería reelegido. Lo que desea el PSDB es llegar al proceso electoral sin que se resienta la economía, que es lo más positivo del mandato de Lula.

En estos días se celebrarán en Brasilia varias manifestaciones, unas a favor de Lula y otras contra los escándalos de corrupción, que pedirán que los culpables del Gobierno y del PT sean castigados con rigor. También habrá manifestaciones de protesta a través de Internet, organizadas por páginas web que siguen la crisis. Una de estas "protestas" ya ha cosechado 100.000 adeptos.

El presidente Lula, tras su discurso a la nación del viernes.REUTERS

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