Editorial:

Apaguen ese fuego

El Partido Popular está protagonizando una desmesurada campaña contra el Gobierno tras la tragedia del incendio en Guadalajara. A Zapatero, que ayer se reunió con los alcaldes de los pueblos afectados para informarles de las nuevas medidas urgentes de ayuda económica y prevención contra el fuego que se aprobarán el viernes, le ha tildado de "cobarde" y de "dictador", y calificado de "clandestina" su visita del domingo a la zona arrasada, al regreso de su viaje a China; a la ex consejera de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, de "chivo expiatorio", porque con su dimisión evita la del presiden...

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El Partido Popular está protagonizando una desmesurada campaña contra el Gobierno tras la tragedia del incendio en Guadalajara. A Zapatero, que ayer se reunió con los alcaldes de los pueblos afectados para informarles de las nuevas medidas urgentes de ayuda económica y prevención contra el fuego que se aprobarán el viernes, le ha tildado de "cobarde" y de "dictador", y calificado de "clandestina" su visita del domingo a la zona arrasada, al regreso de su viaje a China; a la ex consejera de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, de "chivo expiatorio", porque con su dimisión evita la del presidente de esa comunidad, en poder del PSOE; a la ministra del ramo, Cristina Narbona, que ayer compareció en el Congreso, le ha acusado de negligencia, y a la vicepresidenta Fernández de la Vega, abroncada por los vecinos de uno de los pueblos afectados la misma noche en que se produjo la tragedia, de espabilarse menos que cuando posó con otras ministras del Gabinete socialista para una revista de modas.

Con este lenguaje resulta harto complicado creer que el primer partido de la oposición puede presentarse como una responsable alternativa de gobierno, al margen de que Rajoy haya presentado esta vez una batería de posibles medidas. No tiene sentido que su formación se obceque en exigir una comisión de investigación en el Congreso, toda vez que la Cámara legislativa castellano-manchega, que es quien tiene las competencias en la materia, ha decidido crearla. El PP no aceptó cuando gobernaba que el Congreso investigara los casos del Prestige y del Yak-42, cuando en ambos era la sede parlamentaria competente. Además, con su actitud de equiparar la catástrofe ecológica del petrolero con la de Guadalajara, remarcando que en aquélla no hubo muertos y en ésta 11, lo único que revela es su mala conciencia.

Es demasiado grave esta tragedia como para recaer de nuevo en la cansina bronca política. Establecer una ilación entre la gestión del incendio y las 11 muertes es un salto que sólo cabe hacer desde la manipulación política. Pero sí se han puesto en evidencia problemas de coordinación, aunque la ministra Narbona reiterara ayer que ningún medio de extinción hubiese podido detener el "fuego de explosión" causado por el viento, las altas temperaturas y la escasa humedad atmosférica. Un poco de sentido y responsabilidad de Estado por parte de todos no vendría mal.

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