Cartas al director

Sobre el Premio Rómulo Gallegos

¡Vaya por Dios! Ahora resulta que Isaac Rosa, autor de El vano ayer, es comunista, o como se diga. Y, además, le han concedido el Premio Rómulo Gallegos, cuyo jurado estaba teledirigido

por Castro y Chávez, precisamente por eso, por ser comunista. Eso es, al menos, lo que se desprende del artículo de Gustavo Guerrero titulado Réquiem por un galardón, que ha publicado su diario el día 15 del presente. El autor del mismo, editor y crítico literario, habla de El vano ayer en términos elogiosos, aunque no tanto, y no duda en atribuir la concesión del importantísimo gala...

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¡Vaya por Dios! Ahora resulta que Isaac Rosa, autor de El vano ayer, es comunista, o como se diga. Y, además, le han concedido el Premio Rómulo Gallegos, cuyo jurado estaba teledirigido

por Castro y Chávez, precisamente por eso, por ser comunista. Eso es, al menos, lo que se desprende del artículo de Gustavo Guerrero titulado Réquiem por un galardón, que ha publicado su diario el día 15 del presente. El autor del mismo, editor y crítico literario, habla de El vano ayer en términos elogiosos, aunque no tanto, y no duda en atribuir la concesión del importantísimo galardón a "asegurar el triunfo de una ideología y de aquellos que la apoyan".

Modestamente diré que hace algunos meses publiqué una reseña de El vano ayer en el suplemento cultural Posdata, del diario valenciano Levante-EMV. La titulé La gran esperanza blanca y, aunque dije que cierta crítica quería ver en ella un anti-Salamina, afirmé que la obra era, sobre todas las cosas, "una magnífica fiesta literaria". Un libro audaz, con nervio, nada convencional, de voces múltiples y muy afinadas todas ellas, que nos remitía a las mejores novelas de los años sesenta, aquellas que algunos críticos denominan "estructurales" y que suponían una evidente superación del realismo social más combativo y también burdo dominante en los cincuenta: Señas de identidad, El gran momento de Mary Tribune, Últimas tardes con Teresa...

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Sin embargo, el señor Guerrero valora la novela con un correctísimo "talentoso Isaac Rosa" o "un valiente intento de repensar críticamente la época franquista" (atención: "época franquista", no "dictadura franquista").

Es una verdadera lástima que una fantástica novela escrita por un tipo que sólo tiene 30 años se quede, a partir de ya o acaso desde su publicación, en la novela que ganó el Rómulo Gallegos gracias a que su autor es comunista, o como se diga.

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