Análisis:COYUNTURA INTERNACIONAL

De nuevo, el petróleo

En el comunicado del G-8 celebrado esta semana se mantiene un mensaje de moderado optimismo sobre las perspectivas para la economía mundial ya que si bien se reconoce que el crecimiento va a ser menor que en 2004, todavía se va a poder avanzar de forma "robusta". Entre los factores de riesgo que se señalan, además de los ya más tradicionales, como el elevado déficit exterior de EE UU o la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales en Europa, se apunta el alto precio del petróleo. Efectivamente, esta semana hemos asistido a un nuevo máximo histórico en la cotización del barril, condicion...

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En el comunicado del G-8 celebrado esta semana se mantiene un mensaje de moderado optimismo sobre las perspectivas para la economía mundial ya que si bien se reconoce que el crecimiento va a ser menor que en 2004, todavía se va a poder avanzar de forma "robusta". Entre los factores de riesgo que se señalan, además de los ya más tradicionales, como el elevado déficit exterior de EE UU o la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales en Europa, se apunta el alto precio del petróleo. Efectivamente, esta semana hemos asistido a un nuevo máximo histórico en la cotización del barril, condicionado, en esta ocasión, por factores de oferta, como las tormentas tropicales en el Caribe y el Golfo de México.

La sensibilidad del crecimiento al encarecimiento del crudo ha sido menor a lo estimado, pero ahora la situación es más preocupante
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Aunque a lo largo de los últimos meses se ha puesto de manifiesto que la sensibilidad del crecimiento económico al encarecimiento del crudo es menor a lo estimado, podemos decir que la situación es ahora más preocupante. En primer lugar, porque tal vez exista un umbral de precios a partir del cual el ciclo mundial reduce su capacidad de resistencia. Pero, sobre todo, porque ahora el encarecimiento del crudo coexiste con una desaceleración del ciclo. Es posible que la economía mundial haya sido en cierto modo resistente a la subida del petróleo en los pasados trimestres gracias a que presentaba tasas de avance del PIB muy elevadas y, en consecuencia, el drenaje en el crecimiento habría pasado "desapercibido". Sin embargo, a medida que las tasas de crecimiento del PIB son menores, el "colchón" se agota y, en consecuencia, el daño puede ser mayor (o más evidente).

Además, aunque el impacto del 11-S y del 11-M no fue finalmente el esperado, debemos reconocer que no somos capaces de modelizar la reacción de los índices de confianza empresarial y del consumidor a los atentados terroristas y que, además, aquellos atentados se produjeron en otra coyuntura económica. Sería nefasto que la minoración en el ritmo de crecimiento mundial (propia de la dinámica de los ciclos económicos) coincidiera con un fuerte encarecimiento del petróleo y con un intenso deterioro de las expectativas de los agentes como respuesta a los atentados de Londres. Este escenario tendría implicaciones todavía más negativas si tenemos en cuenta que la Fed aún no ha recuperado en su totalidad el margen de actuación en materia de política monetaria.

David Cano y Daniel Suárez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas. Grupo Analistas.

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