Editorial:

Plan de vivienda

El Gobierno aprobó ayer el plan de vivienda 2005-2008, cuyo objetivo es impulsar el acceso a casas protegidas, que representan hasta ahora sólo un 10% de las que se construyen, y fomentar el alquiler. Se prevé incrementar el número de viviendas protegidas (VPO) hasta 180.000 anuales y extender esta calificación de 10 a 30 años. Las centrales sindicales han criticado que no sea de por vida y lo consideran una cesión a las presiones de las comunidades autonómas. El plan introduce en la oferta de VPO la propuesta de la ministra Trujillo de sacar al mercado de alquiler unos minipisos de entre 30 y...

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El Gobierno aprobó ayer el plan de vivienda 2005-2008, cuyo objetivo es impulsar el acceso a casas protegidas, que representan hasta ahora sólo un 10% de las que se construyen, y fomentar el alquiler. Se prevé incrementar el número de viviendas protegidas (VPO) hasta 180.000 anuales y extender esta calificación de 10 a 30 años. Las centrales sindicales han criticado que no sea de por vida y lo consideran una cesión a las presiones de las comunidades autonómas. El plan introduce en la oferta de VPO la propuesta de la ministra Trujillo de sacar al mercado de alquiler unos minipisos de entre 30 y 45 metros cuadrados, destinados a jóvenes menores de 35 años, y la creación de un sistema de subvención directa para aquellos que adquieran una vivienda.

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En los últimos años, al socaire de la bajada de tipos reales de interés y de una creación de empleo notable, la actividad de la construcción residencial ha recibido impulsos importantes. Pero los precios también. España es uno de los países de la OCDE donde la escalada ha sido mayor. También donde el endeudamiento de las familias ha crecido más en menos tiempo, hasta alcanzar hoy el 105% de la renta bruta disponible de las familias. Todo ello tenía lugar en ausencia de una política diferenciada que propiciara el acceso a la vivienda de rentas bajas, en un mercado de alquiler muy rígido y con estímulos fiscales a la adquisición.

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Al margen de las vicisitudes de la comunicación de esas políticas, las acciones apuntan en la dirección correcta. El plan ha sido sometido a las CC AA, dado el elevado grado de descentralización que existe en estas políticas. Para la ejecución de las medidas, el Gobierno va a destinar 6.822 millones de euros, el doble que la cifra destinada en el anterior plan, y pondrá a disposición de los ciudadanos 33.000 millones más en forma de créditos blandos. La polémica de los "minipisos" incorpora bastante demagogia. En muchos países ésa es la dimensión habitual de las viviendas de los jóvenes. Muchos querrían, aunque fuera en alquiler, disponer de dimensiones de ese tipo de forma permanente. Mejor esto que la ausencia de acciones públicas ante una escalada como la vivida estos años. No es previsible que el plan neutralice el boom inmobiliario, pero al menos facilitará el acceso de colectivos hasta ahora marginados.

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