La superficie de olivar de regadío se ha multiplicado por cuatro desde 1980

Una investigación vincula el riego a la mayor calidad del aceite de oliva

El olivar de regadío ha multiplicado por cuatro su superficie en Andalucía desde 1980, pasando de 80.000 a algo más de 323.000 hectáreas. Este crecimiento ha permitido que el aceite de oliva pasara de aportar el 8% de la Producción Final Agraria en 1980, al 30% en el último año. Una publicación de la Consejería de Agricultura resalta la relación entre los olivares sometidos a riego y la mayor calidad del aceite de oliva obtenido en esas explotaciones.

El olivar regado representa ya en torno al 30% de la superficie agrícola de regadío en Andalucía. Está por encima de los cultivos extensi...

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El olivar de regadío ha multiplicado por cuatro su superficie en Andalucía desde 1980, pasando de 80.000 a algo más de 323.000 hectáreas. Este crecimiento ha permitido que el aceite de oliva pasara de aportar el 8% de la Producción Final Agraria en 1980, al 30% en el último año. Una publicación de la Consejería de Agricultura resalta la relación entre los olivares sometidos a riego y la mayor calidad del aceite de oliva obtenido en esas explotaciones.

El olivar regado representa ya en torno al 30% de la superficie agrícola de regadío en Andalucía. Está por encima de los cultivos extensivos de verano y los intensivos al aire libre. La provincia de Jaén es la que cuenta con una mayor superficie de riego, con un 68% de toda Andalucía. Aunque la mayor parte de las explotaciones utiliza aguas superficiales para el riego, en los últimos años han cobrado fuerza las aguas subterráneas a través de la proliferación de sondeos realizados por las diferentes comunidades de regantes. Esta vía representa ya casi el 30% del origen del agua, mientras que sigue siendo casi testimonial (apenas el 5,5%) la superficie de regadío que aprovecha las aguas residuales.

Para el consejero de Agricultura, Isaías Pérez Saldaña, dos factores han influido de manera decisiva en la evolución del olivar de regadío: Por un lado, el ingreso de España en la Unión Europea en 1986, "que ha permitido un importante incremento de las rentas de los olivareros, y la transformación, con ayudas de la Administración, de las viejas almazaras en industrias modernas". De otro lado, alude al desarrollo de la nueva olivicultura, del que considera pionero al ingeniero Miguel Pastor Muñoz-Cobo, del Instituto Andaluz de Investigación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica y coautor, junto a otra veintena de especialistas, de la publicación Cultivo del olivo con riego localizado, editada por la Consejería de Agricultura.

Con respecto a los sistemas de riego, la mayoría, el 87%, emplea técnicas de regadío localizado, fundamentalmente el goteo. Otro 7% corresponde al riego por aspersión y el 6% riega a pie. El consumo medio en un año de pluviometría normal es de unos 1.500 metros cúbicos por hectárea y año, que es la cifra asignada en las concesiones de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El tamaño medio de las explotaciones es de unas 3,8 hectáreas (300 a 380 olivos), lo que obliga a la asociación de los olivareros en grandes comunidades de regantes. El 63% de la superficie de olivar de regadío de Jaén se agrupa en comunidades.

Sin embargo, el déficit hídrico de la cuenca del Guadalquivir, evaluado en más de 500 hectómetros cúbicos, es una seria amenaza para el olivar de regadío, que se resigna a conformarse en los momentos en los que existen aguas superficiales de escorrentía no reguladas o aplicando los riegos de socorro que concede la Confederación. De ahí la proliferación de sondeos, que en comarcas como La Loma de Úbeda llegan a los más de 1.000 metros de perforación en el subsuelo.

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