Entrevista:CARLOS BUSTAMANTE | Biólogo

"En la ciencia hay creatividad, como en la música o en el arte plástico "

Me enamoré de la Ciencia con 12 años cuando leí la biografía de Cajal. Descubrí que había una persona con apellido español, como yo y que había ganado el premio Nobel por sus investigaciones viniendo de Petilla de Aragón. Me dije que siendo de Lima, que es más grande, podía tener alguna ventaja". Así describe Carlos Bustamante (Lima, 1951) su encuentro con el que es el camino de su vida. Su pasión le ha conducido a las instituciones más prestigiosas de EE UU. Es catedrático de la Universidad de California en Berkeley, investigador del Instituto Médico Howard Hughes y miembro de la Academia Nac...

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Me enamoré de la Ciencia con 12 años cuando leí la biografía de Cajal. Descubrí que había una persona con apellido español, como yo y que había ganado el premio Nobel por sus investigaciones viniendo de Petilla de Aragón. Me dije que siendo de Lima, que es más grande, podía tener alguna ventaja". Así describe Carlos Bustamante (Lima, 1951) su encuentro con el que es el camino de su vida. Su pasión le ha conducido a las instituciones más prestigiosas de EE UU. Es catedrático de la Universidad de California en Berkeley, investigador del Instituto Médico Howard Hughes y miembro de la Academia Nacional de Ciencias. De su laboratorio han salido técnicas pioneras para el estudio individual de grandes moléculas como el ADN.

"Mi deseo es colocar a España a la cabeza de los países europeos en el estudio de moléculas, una por una, con pinzas láser"
"La esperanza, al crear artificialmente una célula, es que empiecen a emerger los principios que sustentan la vida"

Pregunta. Usted ha sido el primero en el mundo en retorcer una molécula de ADN como si fuera un simple alambre.

Respuesta. Hemos desarrollado técnicas que permiten manipular moléculas individualmente. Es un cambio fundamental en la forma de hacer las cosas en el laboratorio. Hasta ahora se estudiaban moléculas en un tubo de ensayo donde hay un número de alrededor de 10

20 [10 trillones], de modo que la señal que se obtiene es el promedio del comportamiento de todas ellas. Hace 13 años descubrimos que era posible estudiar las moléculas una por una y seguir las reacciones químicas en las que participaba cada una. Es un cambio paradigmático. Al pasar del estudio de una población a las moléculas individuales hemos descubierto la riqueza de su comportamiento.

P. Para todos sus trabajos emplean lo que se denomina pinzas láser, ¿cómo funcionan?

R. En 1970 se descubrió que la luz láser focalizada a través de un microscopio permite atrapar objetos y si se mueve la luz el objeto atrapado la sigue. Nosotros usamos unas bolas de plástico de una micra de diámetro y las unimos a moléculas de ADN, por ejemplo. Una bola en cada extremo de la doble hélice, una se une a cualquier superficie y la otra se atrapa con el láser así que cuando movemos la luz la molécula de ADN se deforma. Así podemos estudiar sus características.

P. Estos trabajos podrían ser un billete directo a la academia sueca, al Nobel.

R. Eso son palabras mayores, pero son técnicas muy poderosas que están revolucionando el estudio de las moléculas y cambiando nuestra forma de comprender el funcionamiento de las células. Cada día es hay más gente aplicando esta metodología. Con el apoyo de mi laboratorio en Berkeley hemos creado un consorcio en España y ya está en funcionamiento una máquina de pinzas láser. Mi deseo es colocar a España a la cabeza de los países europeos en estas técnicas. La ciencia en España está en un momento crítico. Se ha separado del tercer mundo, pero le queda equipararse con el resto de Europa. El Gobierno debe comprender que es necesario mantener al país en un lugar competitivo y dar dinero para alcanzar a otros países.

P. Uno de sus objetivos más espectaculares es el de crear artificialmente una célula. ¿Cómo evoluciona el proyecto?

R. Ya tenemos un laboratorio especializado que pronto tendrá cinco personas. Estoy convencido de que la biología va a pasar de ser una ciencia descriptiva a ser una ciencia sintética al igual que ha ocurrido con la química.

P. ¿Cuál es el objetivo?

R. Esperamos adquirir un conocimiento más profundo sobre cómo funciona la célula. Hasta ahora se ha empleado una metodología reduccionista, separar las partes para tratar de entender cómo funciona el todo. No tenemos una idea clara de qué hace una célula y para tenerla tenemos que hacer el camino al revés: poner a funcionar las partes juntas. La esperanza es que empiecen a emerger los principios que sustentan la vida.

P. Craig Venter también tiene la idea de crear una bacteria.

R. Estoy en desacuerdo con su enfoque. Tuve su misma idea en el año 1989, tomar un organismo -Micoplasma genitalium-, que tiene 486 genes y que sólo 250 son esenciales, y eliminar los superfluos para conseguir una célula con las necesidades mínimas para sobrevivir. El problema es que sacando varios genes al mismo tiempo la célula no puede vivir porque las partes interactúan de una manera muy compleja. Hay que empezar mucho más abajo, una entidad que ya tenga una mínima estructura de vida como es la mitocondria e incluir genes y sus procesos hasta conseguir una célula independiente capaz de replicarse. Esto es lo que estamos haciendo nosotros.

P. Estos experimentos para crear vida asustan porque llevan a esa idea de jugar a ser dioses.

R. La ciencia avanza porque el hombre tiene una curiosidad inherente por entender. No podemos detener el conocimiento porque tenemos miedo de aprender. La aplicación del conocimiento no está en manos de los científicos, sino en la de los políticos y son ellos los que hacen que la ciencia pueda ser positiva o negativa.

P. ¿Cómo se siente un latino en el olimpo de la ciencia estadounidense?

R. Podría parecer una desventaja haber nacido en Perú cuando lo que quería hacer era ciencia, pero en realidad es al revés. La ventaja más grande que he tenido es haber nacido en Latinoamérica. En primer lugar, mis padres le daban una importancia muy grande a la educación, de hecho mi primer laboratorio lo monté a los 14 años en una habitación de mi casa. La segunda cosa es que el capital más importante de la ciencia es el humano. El ser humano es el creador, el que tiene la idea. Al llegar a EE UU descubrí que tener la cultura hispanoamericana me daba una ventaja enorme para tratar con la gente, para hacer que se sintieran parte del grupo. En Sudamérica no tenemos una gran sofisticación tecnológica, pero sí en las relaciones personales. Así que llegué a EE UU razonablemente bien preparado científicamente y extraordinariamente bien en la gestión de personas para organizar un proyecto de investigación en un laboratorio de primera línea. Ahora tengo un grupo de 40 personas de todas partes del mundo.

P. Usted en realidad iba para médico como su padre y de repente ha pasado del enfermo a la molécula. ¿No cree que ha perdido la visión de conjunto en este cambio?

R. Sí, ir a la molécula es el último paso reduccionista, pero por eso estoy interesado en crear la célula. El cambio lo hice porque, siendo estudiante de medicina, descubrí que lo que me interesaba era entender por qué las cosas funcionan. Esto es muy distinto del cómo o del "arreglemos esto" como hacen los médicos.

P. Usted ha comparado la ciencia con la literatura.

R. En la ciencia hay creatividad como en la música o en el arte plástico. Inventamos un poco la naturaleza. Hay una estética en la ciencia. Einstein utilizaba muy a menudo ideas de simetría, de estética, para justificar por qué elegía un modelo y no otro. En toda la ciencia se da esto. Elegimos lo que consideramos elegante, bello y que tiene sentido trabajar en ello. Pero la belleza no es el único criterio que se debe usar porque no es suficientemente restrictivo para asegurar que sea así como lo ha hecho la naturaleza.

Carlos Bustamante, durante su estancia en Madrid.MANUEL ESCALERA

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