CRISIS ENTRE EUROPA Y CUBA

La primera gran reunión disidente en Cuba agudiza la división de la oposición a Castro

La línea de los anticastristas más radicales sale fortalecida frente a los moderados

La primera gran asamblea de la disidencia cubana radical ha puesto en evidencia cuán profundas son las divisiones entre el moviendo opositor, y hasta qué punto está minado el terreno de la transición política en la isla. Contra todo pronóstico, el Gobierno de Fidel Castro toleró que se celebrara el encuentro de más de un centenar de grupos opositores, pero expulsó a una quincena de invitados europeos, entre políticos, periodistas y eurodiputados, lo que abrió un nuevo foco de tensiones con la Unión Europea. La Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC) la integran 360 organizaciones.
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La primera gran asamblea de la disidencia cubana radical ha puesto en evidencia cuán profundas son las divisiones entre el moviendo opositor, y hasta qué punto está minado el terreno de la transición política en la isla. Contra todo pronóstico, el Gobierno de Fidel Castro toleró que se celebrara el encuentro de más de un centenar de grupos opositores, pero expulsó a una quincena de invitados europeos, entre políticos, periodistas y eurodiputados, lo que abrió un nuevo foco de tensiones con la Unión Europea. La Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC) la integran 360 organizaciones.

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La primera reunión general de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), que lidera Marta Beatriz Roque, ha funcionado como un laboratorio de pruebas, con actores tan diferentes como disidentes convencidos, infiltrados de la policía política, diplomáticos y hasta las organizaciones del exilio que apoyaron económicamente el encuentro y parlamentarios europeos que nunca llegaron a la cita.

Por haber hasta hubo un mensaje grabado del presidente norteamericano, George W. Bush, de respaldo a los organizadores y portador de ideas tan densas como que "la libertad no es un obsequio de EE UU al mundo; la libertad es el obsequio de Dios Todopoderoso a cada hombre y cada mujer del mundo". También dijo Bush: "No aguardamos al día de la libertad de Cuba, trabajamos para el día de la libertad de Cuba".

Si extraño fue que las autoridades permitieran este tipo de discursos y que la reunión opositora se realizara durante dos días consecutivos sin exabruptos policiales, no lo fue menos que algunos disidentes, en momentos de aparente entusiasmo, se animaran a gritar consignas como "Abajo Fidel" y "Viva Bush", escuchadas desde la calle. No pasó absolutamente nada, aunque ayer Marta Beatriz Roque tuvo que reprender a alguno de los delegados por sus excesos verbales.

La APSC está integrada por unas 360 organizaciones de corte radical, en su mayoría defensoras del embargo norteamericano y de la política de línea dura de Bush. El objetivo del encuentro, según Roque, era dar los primeros pasos para la construcción de una sociedad civil en Cuba y aportar ideas y proyectos para allanar el camino de una transición política.

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Los participantes, unos 150 el primer día y unos 80 el segundo - menos de la mitad de los convocados -, trabajaron distribuidos en 14 comisiones, que trataron sobre asuntos tan variados como los derechos humanos, la ecología, la sanidad y los asuntos económicos. Sobre este aspecto, una de las resoluciones discutidas, de título La nulidad de los contratos de inversión extranjera por causa ilícita, plantea no respetar los negocios mixtos hechos estos años por empresarios foráneos con las actuales autoridades.

"Si apoyaron al régimen, ¿por qué vamos a respetar sus intereses después de Castro?", dijo a EL PAÍS Luis Felipe Góngora, del Club de Amigos de los Derechos Humanos. Otros delegados, sobre éste y otros asuntos, expresaron opiniones de corte radical, y precisamente estos enfoques duros son los que han hecho que algunas organizaciones disidentes se hayan desmarcado del encuentro, lo que ha profundizado aún más las divisiones del atomizado movimiento opositor.

El líder del Proyecto Varela, Oswaldo Payá, ha llegado a acusar a Roque de propiciar, en contubernio con la Seguridad del Estado, una "maniobra" que solamente beneficia al régimen y que desprestigia a la oposición al asociar su imagen a las posturas más extremistas. El socialdemócrata Eloy Gutiérrez Menoyo, presidente de Cambio Cubano, quien se negó a participar, consideró que "estar a favor del embargo y de las últimas medidas de Bush para recrudecerlo no es una oposición independiente sino anexionista".

Tanta es la desunión que el viernes, al inaugurarse el encuentro, uno de los pocos asistentes de otra agrupación opositora de peso, el ex prisionero político Vladimiro Roca, del Movimiento Todos Unidos, abogó por discutir "en privado, jamás en público" las diferencias y problemas entre los disidentes. Se escucharon entonces consignas de "¡Unidad, unidad!".

Ciertamente, la reunión opositora realizada estos días no tiene precedentes. Un intento similar, el de Concilio Cubano, en 1996, fue reprimido por la policía, que arrestó a los organizadores días antes de la cita. Ahora las autoridades lo han permitido, lo que contribuye a que salga fortalecida, de hecho, la línea más dura de la oposición. También han expulsado a un grupo de eurodiputados, cuando falta sólo un mes para que la Europa de los 25 reevalúe su política hacia Cuba tras el restablecimiento del diálogo. La gran pregunta es por qué.

Delegados de la reunión opositora en La Habana recuentan los votos para formar la dirección de la Asamblea.REUTERS

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