56.000 estudiantes se someten hoy a una prueba de conocimientos

El consejero de Educación afirma que el examen es obligatorio

Luis Peral, consejero de Educación, recordó ayer a los padres de los 56.612 alumnos de 12 años que cursan sexto de primaria en los 1.153 colegios públicos, concertados y privados de la región que hoy, día 10 de mayo, "tienen la obligación de llevar a sus hijos" a clase porque es un día lectivo "normal". La normalidad citada por Peral, sin embargo, incluye un examen que servirá para averiguar el nivel de conocimientos de los alumnos. La Federación de Asociaciones de Padres Giner de los Ríos vaticina que miles de niños no acudirán hoy a clase por la oposición de sus padres a la prueba....

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Luis Peral, consejero de Educación, recordó ayer a los padres de los 56.612 alumnos de 12 años que cursan sexto de primaria en los 1.153 colegios públicos, concertados y privados de la región que hoy, día 10 de mayo, "tienen la obligación de llevar a sus hijos" a clase porque es un día lectivo "normal". La normalidad citada por Peral, sin embargo, incluye un examen que servirá para averiguar el nivel de conocimientos de los alumnos. La Federación de Asociaciones de Padres Giner de los Ríos vaticina que miles de niños no acudirán hoy a clase por la oposición de sus padres a la prueba.

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Los niños de sexto de primaria de todos los centros educativos de Madrid deberán hacer frente a la prueba a partir de las diez de la mañana y durante 90 minutos. El examen, que ha sido elaborado por la Dirección General de Ordenación Académica y recibe el nombre de Conocimientos y Destrezas Imprescindibles (CDI), está dividido en dos partes, con media hora de descanso. Los resultados de las pruebas serán generales, y el acceso a los datos de las notas de cada niño será restringido (sólo lo podrán saber sus padres si así lo desean).

Según anunció la presidenta regional, Esperanza Aguirre, en el pleno de la Asamblea de Madrid, el ejercicio constará de "un dictado aproximado de cinco líneas, comprensión de un texto escrito y preguntas generales sobre el medio cultural y social, del estilo de cuál es la capital de Francia". Aguirre añadió que también las matemáticas tendrán un lugar destacado en el examen. El Gobierno regional pretende así conocer el nivel de los niños de sexto de primaria, justo antes de su paso a la etapa de la educación secundaria.

Pero las críticas en contra de la prueba sorpresa, fue anunciada hace apenas un mes, le han llovido por todos lados a la consejería. La dirección socialista de Madrid, a través de una resolución de su Comisión Ejecutiva, consideró ayer que la prueba "es técnicamente poco viable". "Además, nace desacreditada por los expertos y los profesionales de la docencia, a quienes no se les ha consultado, en un gesto de desconfianza que no tiene precedentes en la educación madrileña", señala el escrito remitido por los socialistas. "El Gobierno regional es un irresponsable por someter a 57.000 alumnos de primaria a un examen inútil, precipitado, técnicamente poco viable y desacreditado por los profesionales de la docencia", denuncian los socialistas.

"Precipitación"

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Según la resolución aprobada por el PSOE de Madrid, "la precipitación con la que se ha planteado la prueba y el escaso rigor técnico denunciado por inspectores y por orientadores escolares, deslegitiman los posibles resultados del examen, de los que no se podrán obtener conclusiones rigurosas y precisas, sino resultados parciales e incompletos".

Los socialistas también reclamaron al Gobierno regional que abandone el enfrentamiento permanente con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "en lo que se refiere a política educativa y sin respetar los derechos de los alumnos, familias y profesores".

La Federación de Padres Giner de los Ríos, de corte progresista, asegura además que muchos padres les han comunicado que no van a llevar a sus hijos al examen. A esta federación le han llegado informaciones de que habrá "rebelión" en colegios de Vallecas, Valdemoro, Leganés, Fuencarral o Carabanchel. Por ejemplo, en el colegio Trabenco, de Leganés, está previsto que ningún niño de sexto de secundaria realice el examen porque sus padres así lo han considerado. "El que los niños vayan o no al examen es una decisión individual de cada familia, así que no podemos saber cuánta abstención va a haber en esta prueba", explica Mercedes Díaz, presidenta de la Giner de los Ríos.

El consejero Luis Peral cree que esta actitud de algunos padres en contra del examen responde a "grupos de personas muy minoritarios" y que "lo normal" es que los padres de alumnos de sexto de primaria "quieran conocer lo que saben sus hijos" al terminar este ciclo educativo en temas básicos como "las operaciones elementales de cálculo matemático, entender lo que se lee o hacer un dictado con un mínimo de acierto".

Peral considera que sin estos conocimientos los chavales "difícilmente entrarán con buen pie en secundaria". Por ello, insistió en que la prueba es "conveniente y es legal porque el anteproyecto de la Ley Orgánica de Educación del Gobierno socialista (LOE) lo contempla". "El único problema" para algunos sectores, concluyó, "es que lo ha puesto en marcha el Gobierno de Esperanza Aguirre".

El consejero aseguró que existen asociaciones de padres "con enorme representación como AMPE" que apoyan esta prueba y, aunque admitió que "toda obra humana es opinable", dijo: "Constato que existen todavía en la izquierda política y pedagógica actitudes oscurantistas que creo que no son nada beneficiosas para la enseñanza". Los socialistas consideraron ayer "inaceptables" estas declaraciones. "Este examen sí que es la mayor prueba de oscurantismo. Ni profesores, ni asociaciones de padres y madres de alumnos saben del por qué de este examen, ni de las oscuras razones que el consejero Luis Peral tiene para que se realice", aseguraron los socialistas madrileños a través de un comunicado.

En contra del examen se han manifestado -además del PSOE- IU, los sindicatos UGT y CC OO y las asociaciones que representan a los inspectores de Educación. También la Asociación Madrileña de Orientación y Psicopedagogía (AMOP), que representa a los más de 2.000 orientadores encargados hoy de vigilar el examen, se ha unido a las críticas al considerar que la prueba "no está bien explicada".

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