EL HOSPITAL DE LEGANÉS

"¿Qué me van a poner?"

"El otro día, un paciente le dijo a un oftalmólogo: 'Aquí, como ustedes no hacen más que matar a la gente....' Es intolerable", se queja Miguel Ángel López, internista de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid). "Cuando te acercas a un enfermo para administrarle una medicación, va y te pregunta: '¿Y esto qué es? ¿Qué me van a poner?".

"Sí, eso lo preguntan hasta las señoras en Ginecología", comenta un residente que hace guardias en las Urgencias del hospital. "Los familiares están muy tensos. Pones un suero y te preguntan qué contiene y para qué es. Tienes que explicarlo...

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"El otro día, un paciente le dijo a un oftalmólogo: 'Aquí, como ustedes no hacen más que matar a la gente....' Es intolerable", se queja Miguel Ángel López, internista de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid). "Cuando te acercas a un enfermo para administrarle una medicación, va y te pregunta: '¿Y esto qué es? ¿Qué me van a poner?".

"Sí, eso lo preguntan hasta las señoras en Ginecología", comenta un residente que hace guardias en las Urgencias del hospital. "Los familiares están muy tensos. Pones un suero y te preguntan qué contiene y para qué es. Tienes que explicarlo todo y a veces no les satisface nada. Y luego saltan con más facilidad ante cualquier tardanza. El umbral de la paciencia y de la educación ha bajado", añade este médico, "oyes cosas como, 'claro, si con lo que está pasando, esto no me extraña'. Ha crecido exponencialmente ese miedo soterrado que siempre estuvo en los comienzos del hospital [el centro se abrió en 1987], cuando tenía tanta mala fama. Es una pena".

"Hubo una enferma a quien le puse un nolotil y de repente, se empezó a encontrar fatal", dice Silvia, una enfermera que lleva siete años en Urgencias, "y todo era sugestión. Hay momentos muy duros, resulta indignante, yo que he vivido fuera de España creo que nuestro sistema sanitario, con cuidados para todos, es el mejor". Silvia ha oído palabras de apoyo entre los enfermos a quienes atiende, pero también comentarios capciosos, alusiones a Ramón Sampedro [el tetrapléjico que abogó por su eutanasia], historias sobre personas que entraron en las Urgencias por nimiedades y no salieron nunca con vida. En una ocasión, cuando se disponía a inyectar un fármaco, un paciente le advirtió: "A ver si te vas a pasar de dosis y me vas a matar".

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