Un ministro en la sala de espera

Soy médico de familia y ejerzo en un centro de salud de la red sanitaria pública en una céntrica zona de Madrid. Hasta hace unos meses era frecuente encontrarse a un ministro del actual Gobierno, sentado en la sala de espera, esperando a ser atendido por su doctora habitual. La impresión que me transmitía el uso de la red sanitaria pública por parte del actual ministro era que apostaba claramente por nuestro sistema sanitario público, con sus ventajas e inconvenientes. También en la zona donde ejerzo vive una ministra del actual Gobierno que no es usuaria de los servicios sanitarios.

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Soy médico de familia y ejerzo en un centro de salud de la red sanitaria pública en una céntrica zona de Madrid. Hasta hace unos meses era frecuente encontrarse a un ministro del actual Gobierno, sentado en la sala de espera, esperando a ser atendido por su doctora habitual. La impresión que me transmitía el uso de la red sanitaria pública por parte del actual ministro era que apostaba claramente por nuestro sistema sanitario público, con sus ventajas e inconvenientes. También en la zona donde ejerzo vive una ministra del actual Gobierno que no es usuaria de los servicios sanitarios.

Hace unos pocos días volví a ver al ministro esperando para ser atendido y me dio una grata impresión. Los comportamientos individuales de los políticos me llevan a plantearme la reflexión de si se pueden mejorar los servicios públicos, si los gestores de los mismos no son usuarios de ellos. Estoy en el convencimiento de que es más fácil de mejorar algo que se usa habitualmente que no lo que no se usa y, por lo tanto, no se conoce.