Reportaje:

Pisos protegidos de vanguardia

Mayne, último premio Pritzker de arquitectura, levantará 141 casas en Carabanchel

Al menos 141 familias madrileñas podrán vivir en un edificio de protección pública ideado por el último premio Nobel de arquitectura. El estadounidense Thom Mayne (Waterbury, Connecticut, 1944) es el creador de 141 viviendas protegidas -cuyo coste es de 8,9 millones- que la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) comenzará a levantar el mes próximo en el ensanche de Carabanchel. El pasado domingo, Mayne entró en el salón de la fama de la arquitectura al ganar el prestigioso premio Pritzker. Nueva York le ha encargado el proyecto olímpico que esta ciudad edificará en Manhattan si l...

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Al menos 141 familias madrileñas podrán vivir en un edificio de protección pública ideado por el último premio Nobel de arquitectura. El estadounidense Thom Mayne (Waterbury, Connecticut, 1944) es el creador de 141 viviendas protegidas -cuyo coste es de 8,9 millones- que la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) comenzará a levantar el mes próximo en el ensanche de Carabanchel. El pasado domingo, Mayne entró en el salón de la fama de la arquitectura al ganar el prestigioso premio Pritzker. Nueva York le ha encargado el proyecto olímpico que esta ciudad edificará en Manhattan si la ciudad es elegida para los Juegos de 2012.

El edificio que propuso Mayne para ocupar una manzana en el número 1 de la calle del Patrimonio de la Humanidad "ha utilizado como referencia el pueblo medieval, más que la ciudad moderna", según la memoria que su despacho, Morphosis, envió al Ayuntamiento de Madrid. Fue un empeño de Sigfrido Herráez, concejal delegado de Vivienda, que grandes despachos de arquitectura se implicaran en la creación de casas de protección. Así, el edificio Mirador, en Sanchinarro, es ya una realidad obra del equipo holandés MVRDV y la española Blanca Lleó, mientras que otros como el mexicano Ricardo Legorreta y el español Alejandro Zaera esperan a ver sus edificios levantados.

La construcción de Mayne se articula en dos módulos. Uno al que el arquitecto llama "el pueblo" serán pisos de baja edificación entre los cuales se distribuirán patios privados y públicos. Pero lo más rebelde del proyecto es que sobre los tejados de esas viviendas bajas crecerá vegetación que tomará a sus anchas un edificio de seis alturas más ático levantado en una arista de la manzana. Una atalaya más pequeña, construida en la arista contraria, cierra la idea.

El complejo tendrá 52 viviendas de dos dormitorios, otras tantas de tres, y 37 más de cuatro en una superficie de 15.000 metros cuadrados. El proyecto proporciona 3.000 metros de paisaje abierto completamente cubierto de vegetación.

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