El español volverá a ser lengua de trabajo en la Comisión Europea

La lengua española volverá la próxima semana como lengua de trabajo a la sala de prensa de la Comisión Europea, según la propuesta planteada ayer por la Comisión a una representación de los corresponsales acreditados en Bruselas. El español formará parte de un grupo de siete lenguas fijas con interpretación en la sala de prensa, que podrán ir acompañadas de la del comisario de turno cuando no hable ninguna de ellas y de forma rotatoria de la lengua de un país no incluido en el núcleo duro lingüístico.

La Comisión propuso ayer un régimen de trabajo que supone, a grandes rasgos, recuperar...

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La lengua española volverá la próxima semana como lengua de trabajo a la sala de prensa de la Comisión Europea, según la propuesta planteada ayer por la Comisión a una representación de los corresponsales acreditados en Bruselas. El español formará parte de un grupo de siete lenguas fijas con interpretación en la sala de prensa, que podrán ir acompañadas de la del comisario de turno cuando no hable ninguna de ellas y de forma rotatoria de la lengua de un país no incluido en el núcleo duro lingüístico.

La Comisión propuso ayer un régimen de trabajo que supone, a grandes rasgos, recuperar el vigente antes de que, abruptamente y sin consultar con los afectados, responsables del Ejecutivo comunitario decidieran reducir de forma drástica el uso de la interpretación en la sala de prensa con ánimo de ahorrar costes en una UE donde se hablan 20 lenguas oficiales. Según ese cuestionado plan, sólo el alemán, el francés y el inglés tendrían presencia constante. "Lo hicimos sin pensar demasiado, tomando las tres lenguas de procedimientos y sin propósito de discriminar al español o al italiano", reconocieron ayer fuentes de la Comisión.

La nueva oferta es que a esas tres lenguas se sumen el italiano, el español, el polaco y el holandés de forma fija, acompañadas de la lengua del comisario que dé la conferencia de prensa, si su lengua no es una de esas siete, y de otra lengua elegida de forma rotatoria entre las 11 restantes.

Entrada del polaco

La entrada del polaco en el grupo se debe a la necesidad de que una lengua de uno de los países de la reciente adhesión esté presente en el grupo central.

La solución fue calificada de "amplia y razonable" por las fuentes, que esperaban poderla presentar de forma oficial la próxima semana, previa deliberación de la API (Asociación de la Prensa Internacional), cuya directiva la recibió en una reunión con Françoise Le Bail, portavoz del presidente de la Comisión, José Manuel Barroso.

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La API ofrecerá su opinión tras consultar con sus asociados. Su criterio no será vinculante. "Si todo el mundo está contento, la próxima semana enviaremos una carta a los embajadores" comunicándoles el nuevo régimen lingüístico, señalaron las fuentes. Los embajadores de España e Italia escribieron días pasados a Barroso para protestar por las restricciones impuestas a sus respectivas lenguas.

Jesús Caldera, ministro de Trabajo, aseguró en Bruselas que es intención del Gobierno español "dar siempre la batalla en defensa de nuestros intereses y derechos lingüísticos". Entre ellos está el que se traduzcan los documentos a las lenguas oficiales. El día anterior, España vetó la discusión de unos asuntos en el Consejo al que asistió Caldera por no estar traducidos. Ayer, los documentos ya habían sido vertidos a todas las lenguas.

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