Bruselas alerta de la caída en picado de la productividad en Europa en la última década

España, junto con Italia, registra el peor resultado a pesar del crecimiento económico

Hasta mediados de los años noventa, la productividad europea crecía a un ritmo mayor que la de Estados Unidos. Desde entonces, la tendencia se ha invertido, y los últimos datos comparables, que ayer publicó la Comisión Europea, demuestran que la productividad europea crece por debajo de la estadounidense y cae en picado. La incapacidad de promover y absorber innovación y dotar al mercado laboral de mayor flexibilidad y seguridad con empleo de calidad son las razones de esta situación. España, junto con Italia, muestra el peor resultado, a pesar de su buena evolución económica. En cuanto al gas...

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Hasta mediados de los años noventa, la productividad europea crecía a un ritmo mayor que la de Estados Unidos. Desde entonces, la tendencia se ha invertido, y los últimos datos comparables, que ayer publicó la Comisión Europea, demuestran que la productividad europea crece por debajo de la estadounidense y cae en picado. La incapacidad de promover y absorber innovación y dotar al mercado laboral de mayor flexibilidad y seguridad con empleo de calidad son las razones de esta situación. España, junto con Italia, muestra el peor resultado, a pesar de su buena evolución económica. En cuanto al gasto social, España registra uno de los niveles más bajos de la UE y lo ha reducido en la última década.

EE UU es capaz de crear empleo y aumentar su productividad. La UE está generando empleo de forma modesta pero no es capaz de aumentar su productividad. Esta "preocupante situación" detectada por Bruselas se pone de manifiesto en el Informe Conjunto de Empleo 2004/2005, aprobado ayer por la Comisión. Mientras en 1991-1996 la productividad laboral creció en la UE a un ritmo del 1,9% (frente al 1,7% norteamericano), en el trienio 2001-2003 fue del 0,6% (frente al 2,9% de Estados Unidos).

Uno de los pocos aspectos positivos que subraya Bruselas es que se han reducido moderadamente los empleos temporales (12,8% del total en 2003, frente al 13,6% de 2000). El resto del análisis relativo a la productividad es mucho más frustrante porque, en general, Bruselas diagnostica la incapacidad europea de absorber y promover la innovación, de crear empleos de calidad, de mejorar la preparación de su plantilla y de adaptar sus negocios, así como sus puestos de trabajo, a las necesidades económicas.

La precariedad laboral sigue en los mismos términos, el empleo negro, del que apenas hay datos todavía, supone entre el 1,5% del PIB (Austria) hasta el 20% (Grecia). Los empleados tienen poco acceso a la formación permanente, especialmente los de mayor edad y, también especialmente, los de algunos países como España. Los accidentes laborales también impactan de forma "muy severa" a pesar de las mejoras, que esta vez sí incluyen a España, en el mercado laboral.

Bruselas cree que es crucial ofrecer más empleo a las personas de edad avanzada, invertir más en capital humano y su formación, seguir reduciendo las cargas administrativas de las empresas (uno de los asuntos en los que más se avanza) y continuar con las reformas del mercado laboral como ya han hecho otros países, entre ellos Alemania, Dinamarca, Holanda, Austria y República Checa.

Precariedad laboral

Especialmente preocupantes resultan los malos resultados españoles en este terreno. Con una de las tasas más altas de Europa en precariedad laboral (la tercera parte de los empleos), Bruselas suspende a España por su incapacidad de crear un mercado laboral que genere más empleo estable y a tiempo parcial. El empleo negro le afecta particularmente, porque éste se suele concentrar en la construcción, la agricultura y la hostelería.

En el resto de los capítulos analizados, Bruselas observa en España progresos sumamente limitados en la modernización de la organización del trabajo y la generación de empleos de calidad, los incentivos para generar más empleo femenino, para flexibilizar el empleo para los mayores y para reducir el fracaso escolar, uno de los peores de Europa (29,8% de los jóvenes entre 18 y 24 años en 2003), sólo superado por Malta y Portugal. Para Bruselas merecen mejor nota los intentos españoles de fomentar el empleo entre los discapacitados y mejorar la formación de los trabajadores menos cualificados.

Por lo demás, y en términos generales, la UE constata su fracaso en la creación de empleo para lograr los objetivos que se ha impuesto: una tasa del 70% en 2010 (en 2003 fue el 63%), una tasa femenina del 60% y del 50% en personas mayores. Es probable que se incumplan los tres objetivos, señala Bruselas.

El informe achaca esta escasa generación de empleo al lento crecimiento de la economía europea de los últimos cuatro años. No obstante, para el año 2004 se espera que se hayan generado 800.000 nuevos empleos netos en los 25 países de la UE y que incluso durante este ejercicios se generen 1,7 millones y 1,9 en 2006.

Por otra parte, la economía española crece, pero no su gasto en protección social. España, además de registrar uno de los más bajos niveles de gasto de la UE, lo ha reducido en la última década (en porcentaje del PIB), mientras el resto de los socios europeos lo ha mantenido.

Así lo pone de relieve el Informe sobre Protección y Exclusión Social, aprobado ayer por la Comisión, que alerta también sobre el alto nivel de la población en riesgo de pobreza, que alcanza al 19% de la población frente a la media europea del 15%. El informe destaca las iniciativas españolas para garantizar el sistema de pensiones y también las tendentes a integrar a los inmigrantes.

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