Un libro rememora la actividad teatral donostiarra en la primera mitad del siglo XX
Como en otras ciudades, el teatro fue una de las principales diversiones de los habitantes de la capital guipuzcoana hasta bien entrado el siglo XX, cuando empezaron a proliferar las salas de cine estable. María Luisa Ibisate Elícegui (San Sebastián, 1931), doctora en Historia por la Universidad de Deusto, ha recopilado esa actividad teatral en San Sebastián, avanzada teatral (1900-1950) (Ediciones Kutxa).
El libro no es un tratado, ni un estudio al modo clásico, sino un recuento "exhaustivo, necesario y útil" para el estudioso o el aficionado al teatro, o simplemente para quien ...
Como en otras ciudades, el teatro fue una de las principales diversiones de los habitantes de la capital guipuzcoana hasta bien entrado el siglo XX, cuando empezaron a proliferar las salas de cine estable. María Luisa Ibisate Elícegui (San Sebastián, 1931), doctora en Historia por la Universidad de Deusto, ha recopilado esa actividad teatral en San Sebastián, avanzada teatral (1900-1950) (Ediciones Kutxa).
El libro no es un tratado, ni un estudio al modo clásico, sino un recuento "exhaustivo, necesario y útil" para el estudioso o el aficionado al teatro, o simplemente para quien desee escrutar recovecos de la historia reciente de la ciudad, según recoge la presentación de la publicación.
La autora, que se ha valido para su trabajo de la hemeroteca, repasa año a año los géneros, autores, directores y actores que visitaron los distintos escenarios de la ciudad, desde el ya desaparecido Teatro Bellas Artes hasta el ahora en rehabilitación Victoria Eugenia, sin olvidar a los donostiarras actores aficionados.
En este viaje recuerda que hubo un tiempo en que San Sebastián, y de ahí el título de su libro, fue el lugar elegido por algunos dramaturgos para estrenar sus obras antes de representarlas en Madrid. "Gustaban conocer anticipadamente la acogida del público local, al que consideraban culto, entendido, objetivo", escribe.
Sin embargo, no todo fue positivo en esa primera mitad de siglo. Ibisate recuerda cómo las gentes del teatro tuvieron que enfrentarse a la censura moral y política o cómo el teatro en euskera fue prohibido en 1936 y no regresó hasta mucho después.