Murcia se 'balcanizó'

Semanas atrás, The Wall Street Journal, para hablar del llamado plan Ibarretxe, utilizó un titular que venía a decir algo así como que España se balcaniza. Días después, se publicó una encuesta de opinión en la que se reflejaba que los murcianos estábamos entre los ciudadanos que más españoles nos sentíamos. Hacemos estas dos puntualizaciones para conectarlas con un hecho lúdico que tuvo lugar el pasado sábado, 15 de enero, en el auditorio Víctor Villegas de Murcia. Nos referimos al concierto con el que Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra deleitaron a todas las perso...

Semanas atrás, The Wall Street Journal, para hablar del llamado plan Ibarretxe, utilizó un titular que venía a decir algo así como que España se balcaniza. Días después, se publicó una encuesta de opinión en la que se reflejaba que los murcianos estábamos entre los ciudadanos que más españoles nos sentíamos. Hacemos estas dos puntualizaciones para conectarlas con un hecho lúdico que tuvo lugar el pasado sábado, 15 de enero, en el auditorio Víctor Villegas de Murcia. Nos referimos al concierto con el que Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra deleitaron a todas las personas que nos congregamos en dicho auditorio. Fue toda una gozada.

Desde luego, si por los allí presentes fuese, no se respiraba, en absoluto, un ambiente de nacionalismo español; ni mucho menos de nacionalismo murciano: puro internacionalismo, si vale el término, es lo que percibíamos a nuestro alrededor.

El espíritu musical de los Balcanes, mezclado con aires musicales de todo el planeta, consiguió que Murcia se balcanizara, y lo hizo, de la forma más bella y cosmopolita que pueda existir: en nuestra opinión, la música sigue siendo el mejor nexo de unión entre los pueblos, alegra las almas, emborrachándolas de alegría y ganas de vivir, ganas de compartir.