El Ayuntamiento de Bermeo cambia de parecer y decide conservar la ballena

El esqueleto del cetáceo, de casi 20 metros de largo, será recuperado y expuesto al público

El Ayuntamiento de Bermeo ha decidido dar un final más noble al cadáver de la ballena que apareció varada en su costa el pasado viernes que la destrucción de su cuerpo de 50 toneladas de peso utilizando explosivos en alta mar. El alcalde de la localidad, Juan Carlos Goienetxea, anunció ayer que el cetáceo será remolcado hasta el puerto y despiezado para conservar su esqueleto y exponerlo al público. Los restos de la ballena, un rorcual común, de casi 20 metros de largo, serán trasladados a un vertedero adecuado hasta que puedan recuperarse los huesos.

El Ayuntamiento de Bermeo comunicó...

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El Ayuntamiento de Bermeo ha decidido dar un final más noble al cadáver de la ballena que apareció varada en su costa el pasado viernes que la destrucción de su cuerpo de 50 toneladas de peso utilizando explosivos en alta mar. El alcalde de la localidad, Juan Carlos Goienetxea, anunció ayer que el cetáceo será remolcado hasta el puerto y despiezado para conservar su esqueleto y exponerlo al público. Los restos de la ballena, un rorcual común, de casi 20 metros de largo, serán trasladados a un vertedero adecuado hasta que puedan recuperarse los huesos.

El Ayuntamiento de Bermeo comunicó el martes que había decidido contratar el servicio de remolcadores para arrastrar el cetáceo aguas adentro y, posteriormente, emplear un explosivo para reducir el mastodóntico animal a trozos más pequeños y acelerar su descomposión. Sin embargo, ayer hubo un cambio de planes. El alcalde Juan Carlos Goienetxea explicó ayer que, tras volver a debatir el tema, y a instancias del Departamento de Medio Ambiente, habían decidido recuperar el cuerpo del cetáceo para conservar su esqueleto.

El cetáceo, que ya se encuentra en proceso de putrefacción varado entre rocas a cinco kilómetros del núcleo urbano de Berme,o en una zona de difícil acceso, será trasladado al puerto mañana. Una vez en tierra, se procederá a su troceado con la ayuda de varios especialistas gallegos. Según precisó el Departamento de Medio Ambiente, los restos serán depositados en "un vertedero adecuado para recibir restos orgánicos y al cabo de un tiempo se recuperarán los huesos para volver a montar el esqueleto". La operación será supervisada por la Subdelegación del Gobierno en Vizcaya, que ya ha solicitado al alcalde un plan pormenorizado de todas las actuaciones previstas para evaluar los posibles riesgos sanitarios.

Goienetxea calculó que serán necesario esperar dos años antes de recomponer la estructura ósea del animal y mostrarla al público. El destino final de los huesos del rorcual común, uno de los animales más grandes de la tierra, aún no se ha decidido. De momento, el Ayuntamiento se ha ofrecido para custodiar los restos hasta que pueda exponerse en el Museo del Pescador, que ocupa la Torre de Ercilla en el casco urbano de Bermeo, o otro espacio dedicado a la biodiversidad.

Destino pedagógico

El destino científico y pedagógico de los restos de la ballena ha sido acordada con la Sociedad para el Estudio y la Conservación de la Fauna Marina (AMBAR), que está asesorando a los responsables municipales. El rorcual común, una especie que habita en diferentes mares de planeta, se encuentra en la lista de animales en peligro. Hasta hace 20 años era pescado en aguas de Galicia y, a pesar de la moratoria establecida en 1986, Noruega e Islandia lo siguen capturando. La Comisión Ballenera Internacional estima que en el Atlántico norte vive una población de 50.000 ejemplares

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El Departamento de Medio Ambiente anunció que se encargará del coste de la operación, una cantidad que aún no se ha concretado, si se llega a un acuerdo con el Ayuntamiento de Bermeo para mantener el esqueleto en el futuro. El presupuesto necesario correrá a cargo de la Dirección de Biodiversidad.

El consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, señaló que se trata de "convertir en positiva la aparición de la ballena muerta, aprovechando sus restos tanto para la investigación científica como para mostrar en un museo la biodiversidad de nuestras costas. Añadió que el esqueleto de una ballena de 20 metros siempre tiene atractivo "y más cuando esa ballena no ha sido capturada para explotar su carne, como siguen haciendo algunos países".

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