Los casos de violencia doméstica disparan la cifra de arrestados en Barcelona en 2004

La policía detuvo a un total de 16.481 personas, pero sólo el 13,39% acabó en prisión

Más detenidos, pero menos encarcelados. La policía ha arrestado este año en la ciudad de Barcelona a 16.481 personas, más que nunca, pero, por el contrario, sólo 2.207 acabaron en prisión, lo que representa el 13,39% de los detenidos, el menor porcentaje de la última década. Las reformas legales para afrontar la violencia doméstica y la aplicación de la Ley de Extranjería explican el aumento de las detenciones, aunque los jueces han mantenido los mismos criterios que venían aplicando antes de las reformas a la hora de decidir sobre el futuro de un detenido.

"Los jueces, en general, tien...

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Más detenidos, pero menos encarcelados. La policía ha arrestado este año en la ciudad de Barcelona a 16.481 personas, más que nunca, pero, por el contrario, sólo 2.207 acabaron en prisión, lo que representa el 13,39% de los detenidos, el menor porcentaje de la última década. Las reformas legales para afrontar la violencia doméstica y la aplicación de la Ley de Extranjería explican el aumento de las detenciones, aunque los jueces han mantenido los mismos criterios que venían aplicando antes de las reformas a la hora de decidir sobre el futuro de un detenido.

"Los jueces, en general, tienen más sentido común que el legislador". Así se explica una juez de Barcelona, que reclama el anonimato, para referirse a la situación en la que se encuentran cuando toman declaración a un detenido por un delito menor que, con el Código Penal en la mano, podría comportarle el ingreso en prisión provisional por la gravedad de la pena que imponer. Por ejemplo, en los delitos contra el patrimonio sin que medie violencia o intimidación. "La prisión provisional se debe reservar para los casos graves, y ese no lo es", insiste.

La estadística judicial revela que hasta el 20 de diciembre se practicaron en la ciudad de Barcelona 16.481 detenciones, frente a las 13.766 de 2003. Es decir, 2.715 más. Durante 2003 acabaron en prisión 2.130 personas, lo que supone el 15,47% de los detenidos, dos puntos más que en 2004. Si se analizan los últimos 10 años, el menor número de detenidos se registró en 1999, con 12.849 personas, de las que 1.901 acabaron en la cárcel. En porcentaje fueron el 14,79%.

Abogados, jueces y la Delegación del Gobierno coinciden, con matices, en argumentar el aumento. A finales de 2003 entró en vigor una reforma del Código Penal que convirtió en delito algunos comportamientos relacionados con la violencia doméstica que eran faltas. "En los últimos meses he asistido a muchos detenidos por violencia doméstica, principamente inmigrantes, lo que no me había pasado hasta ahora", explica el abogado Jaume Asens, con amplia experiencia en el turno de oficio.

"Es cierto que hasta la reforma penal, la inmensa mayoría de los detenidos por violencia doméstica declaraban en comisaría y se iban a casa. Ahora se quedan en los calabozos y al día siguiente se les lleva al juzgado de guardia para que el juez decida", explica un portavoz de la Delegación del Gobierno. En el juzgado, la inmensa mayoría de esos detenidos queda en libertad a la espera de que se celebre un juicio rápido en dos o tres semanas. "En casos así sólo metes en la cárcel al detenido cuando ves que la mujer está muy atemorizada y piensas que realmente corre peligro", explica la magistrada. "Si resulta que, por ejemplo, la policía ha traído al detenido porque ha quebrantado una orden de alejamiento, no tiene sentido que acabe en la cárcel porque la pena es sólo de multa", añade. Eso sin entrar en la complejidad de las relaciones personales que se viven en el juzgado de guardia. "He vivido casos de señoras que habían denunciado a su esposo horas antes y que cuando la policía le conducía se pusieron a gritar al verle pasar esposado mientras chillaban que le querían y le necesitaban a su lado", explica otra magistrada. "Al final queda en libertad y con una orden de alejamiento, pero a la salida del juzgado se van juntos".

La Delegación del Gobierno reconoce que la policía practica más detenciones y lleva al juzgado de guardia a más personas por delitos menores, cosa que antes no sucedía. "Somos más estrictos, y para combatir la multirreincidencia se han reforzados los grupos policiales que trabajan contra los carteristas y descuideros". Probablemente, esa presión policial explique el descenso que se ha producido en las diligencias abiertas por los juzgados por hurto y robo a personas, sin violencia ni intimidación. La presión policial tiene ligeros efectos disuasorios entre los delincuentes. Hasta el 20 de diciembre se habían contabilizado 102.227 diligencias por hurto, frente a las 107.451 del año 2003. En el caso de los robos fueron 50.639, bastantes menos que las 58.302 diligencias de 2003. La aplicación de la Ley de Extranjería también explica el aumento de las detenciones. Ligeramente, dice la Delegación del Gobierno, aunque los abogados afirman que muchos de sus clientes han acabado expulsados. En 2004 se tramitaron 2.653 diligencias penales por extranjería.

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