"La educación de las niñas es vital para el desarrollo del Sur"
Emanuel Fatoma (Sierra Leona) es el coordinador de la Campaña Mundial por la Educación, una iniciativa que agrupa a más 180 movimientos sociales, sindicatos de docentes y ONG de desarrollo de todo el mundo. Su misión es exigir a los gobiernos que se cumplan los objetivos mínimos que se marcaron 160 países en Dakar en 2000: alcanzar la educación primaria universal en 2015. Hace unos días, Fatoma participó en las jornadas sobre educación que organizó la ONG Entreculturas en Madrid.
Pregunta. En el mundo hay 103 millones de niños sin escolarizar y el 60% son chicas ¿Por qué es tan i...
Emanuel Fatoma (Sierra Leona) es el coordinador de la Campaña Mundial por la Educación, una iniciativa que agrupa a más 180 movimientos sociales, sindicatos de docentes y ONG de desarrollo de todo el mundo. Su misión es exigir a los gobiernos que se cumplan los objetivos mínimos que se marcaron 160 países en Dakar en 2000: alcanzar la educación primaria universal en 2015. Hace unos días, Fatoma participó en las jornadas sobre educación que organizó la ONG Entreculturas en Madrid.
Pregunta. En el mundo hay 103 millones de niños sin escolarizar y el 60% son chicas ¿Por qué es tan importante cerrar esta brecha?
Respuesta. Es vital no sólo porque hay más mujeres que hombres, sino por la contribución de las mujeres al desarrollo en los países del Sur. Ellas son las primeras educadoras de sus hijos y, por lo tanto, sus valores morales y su formación tienen muchísimo impacto. Por otra parte, su educación influye de manera decisiva en el control de la fertilidad y en la contribución al sostenimiento de la familia.
"Hay que adaptar el currículo escolar a la realidad en la que viven los alumnos"
P. Pero no sólo hace falta escolarizar niños, sino impartir una educación de calidad.
R. Sí, porque una educación sin calidad es irrelevante. En muchas escuelas sólo se aprenden conocimientos académicos, pero no se desarrollan habilidades humanas. Además, la educación que reciben muchos chicos no tiene ninguna relación con el mercado de trabajo. De ahí que haya tantos universitarios en paro en los países del Sur.
P. ¿Qué relación hay entre los jóvenes que no han accedido a la escuela y su participación en organizaciones integristas?
R. Hay una relación directa. Los jóvenes que pertenecen a movimientos fundamentalistas no han ido nunca al colegio, sino que han sido educados en madrasas
[escuelas regidas por religiosos islamistas al margen del currículo oficial del país]. La educación que se imparte ahí es muy básica, equivalente a infantil o primaria, y está orientada para la inclusión, pues no aprecia la diversidad, ni la considera una riqueza.
P. ¿Qué medidas educativas son necesarias para reducir la pobreza y contribuir al desarrollo humano?
R. Hacen falta unas cuantas. La primera es adaptar el currículo escolar a la realidad en la que viven estos chicos, pues lo que se les enseña no tiene nada que ver con su vida rural. En muchos países de África no hay una producción de libros escolares y suelen utilizar textos editados en Estados Unidos o en Europa. (Cuando yo iba al colegio empleé mucho más tiempo en aprender la historia de Europa que la de África). Además, son necesarios los programas alimenticios para las capas más pobres de la población. En las zonas rurales los niños han de recorrer caminos muy largos para acceder a la escuela y muchas veces llegan sin haber desayunado. No es posible rendir sin un mínimo de alimento.
P. Por qué cree que se están incumpliendo los objetivos de Dakar?
R. Porque no han sido diseñados con la participación de los beneficiarios. Fueron acordados en una cumbre entre jefes de Estado y no se han divulgado entre la población de nuestros países. La comunidad internacional no ha tomado medidas para erradicar las causas que producen la pobreza. Es más, hay países que no son pobres, sino que han sido empobrecidos. Además, de la pobreza se puede salir.