Tres atentados contra bancos dejan un muerto en Buenos Aires

El Gobierno argentino asegura no tener pistas sobre los autores de los ataques

Tres bancos de Buenos Aires fueron atacados ayer con bombas de fabricación casera y en uno de ellos murió un guardia de seguridad privado. Nadie se atribuyó los atentados ni el Gobierno de Néstor Kirchner sospecha de algún grupo en particular en un país en el que hace casi tres años se instaló el corralito financiero (congelación y pesificación de los depósitos en dólares) y en el que los actos de terrorismo resultan inusuales.

Cerca de las nueve de la mañana, una hora antes de iniciarse la jornada bancaria, el guardia de seguridad Jorge Richutti, de 39 años, encontró una bolsa d...

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Tres bancos de Buenos Aires fueron atacados ayer con bombas de fabricación casera y en uno de ellos murió un guardia de seguridad privado. Nadie se atribuyó los atentados ni el Gobierno de Néstor Kirchner sospecha de algún grupo en particular en un país en el que hace casi tres años se instaló el corralito financiero (congelación y pesificación de los depósitos en dólares) y en el que los actos de terrorismo resultan inusuales.

Cerca de las nueve de la mañana, una hora antes de iniciarse la jornada bancaria, el guardia de seguridad Jorge Richutti, de 39 años, encontró una bolsa de plástico al lado del cajero automático de la sucursal del norteamericano Citibank (filial de Citigroup) en el barrio de Caballito. Un policía le advirtió de que no la tocara hasta que llegase la Brigada de Explosivos, pero Richutti no le obedeció y el artefacto le explotó en el abdomen. Fue trasladado de urgencia al hospital Durand, donde falleció mientras lo operaban.

La explosión rompió los cristales de la oficina, lo que generó pánico entre los transeúntes de la zona comercial de este barrio de clase media. Otra bomba fue desactivada en la misma sucursal por la Policía Federal. Más tarde se detonó un segundo explosivo en los cajeros automáticos de la oficina del Banco Galicia (de capital argentino) en el distinguido barrio Norte. No hubo heridos. Minutos después, a 300 metros de allí, un policía encontró otra bomba al pie de un árbol que estaba frente a una sucursal de Citibank. Cuando procuraba desactivarla, una mujer de 64 años, Raquel S., se lo llevó por delante, el artefacto explotó e hirió la pierna del agente.

En el mismo día en que el presidente chino, Hu Jintao, visitaba Buenos Aires y los reyes de España inauguraban en Rosario (290 kilómetros al norte de la capital) el III Congreso de la Lengua Española, las fuerzas de seguridad iniciaron una revisión de cajeros automáticos y alertaron a la población sobre la aparición de objetos extraños en los bancos.

El juez Daniel Rafecas se hizo cargo de la investigación, pero hasta la tarde de ayer no se habían registrado novedades sobre los autores de los atentados. En los últimos meses cuatro bombas caseras explotaron en oficinas bancarias durante la noche y sin generar víctimas. Un militante del grupo ultraizquierdista Quebracho fue detenido, pero sólo por unas horas. Quebracho nació en los noventa como formación opositora al Gobierno neoliberal de Carlos Menem, participó de algunas manifestaciones violentas, pero no se le conoce ningún ataque con víctimas mortales. Hace dos semanas, un grupo de ahorradores perjudicados por el corralito, la mayoría de ellos ancianos y mujeres, propinó una paliza en la calle a uno de los ministros de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Maqueda, y a su esposa.

El alcalde de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, que participaba ayer de un acto con Hu, expresó su "profundo rechazo e indignación" y advirtió de que "la violencia no puede instalarse en Argentina". Después de los años de terrorismo de izquierda, derecha y del Estado en los setenta, se registraron dos ataques islámicos contra la Embajada de Israel (1992) y una institución judía (1994).La gira de Hu siguió su curso normal con una alocución ante el Congreso. Anteanoche había firmado acuerdos de cooperación con Kirchner, entre ellos uno que declaró a Argentina país autorizado para los turistas chinos. Empresas chinas sellaron también con el Gobierno de Buenos Aires cartas de intención para analizar la inversión de hasta 19.710 millones de dólares (15.161 millones de euros) a diez años.

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Dos policías, en la puerta de la sucursal de Citibank del barrio bonaerense de Caballito, donde se produjo la explosión.REUTERS

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