Reportaje:

26 años bajo sospecha

La ficha policial de una mujer detenida por participar en una manifestación antifranquista en 1978 continúa abierta

Carmen Pérez Navarro lleva 26 años bajo sospecha sin saberlo. Su expediente policial no está inmaculado debido a su lucha antifranquista en los inicios de la Transición. Eso ha hecho que su historial está manchado. Figura el supuesto delito de "asociación ilícita", y está fichada, al igual que terroristas, asesinos y todo tipo de delincuentes. Su delito, participar en una manifestación en Sevilla a favor de la República en abril de 1978, cuando los aires de democracia ya calaban hondo en la ciudadanía. Sólo supo de sus antecedentes cuando regresaba de un viaje a Túnez el pasado día 11 de octub...

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Carmen Pérez Navarro lleva 26 años bajo sospecha sin saberlo. Su expediente policial no está inmaculado debido a su lucha antifranquista en los inicios de la Transición. Eso ha hecho que su historial está manchado. Figura el supuesto delito de "asociación ilícita", y está fichada, al igual que terroristas, asesinos y todo tipo de delincuentes. Su delito, participar en una manifestación en Sevilla a favor de la República en abril de 1978, cuando los aires de democracia ya calaban hondo en la ciudadanía. Sólo supo de sus antecedentes cuando regresaba de un viaje a Túnez el pasado día 11 de octubre.

"¿Ha militado usted en la oposición antifranquista?", le preguntó un policía a Carmen, de 54 años, cuando mostró su pasaporte en la aduana del aeropuerto de Barajas. Ante el estupor de la mujer, que volvía dichosa de unas vacaciones de una semana en Túnez, el funcionario al que le acababa de entregar su documentación le aseguró que en su expediente figuraba como "activista política en 1978". "¿De verdad que pone ahí eso?", preguntó la mujer: "Sí, se lo confirmo".

Carmen, enfermera del centro de salud de Mejorada del Campo, respondió "muy orgullosa" afirmativamente a la pregunta del agente, y después de algunos minutos de comprobaciones pudo cruzar la aduana, "sin problemas", ante las preguntas insistentes de sus amigas, que querían saber el motivo de su retraso. La mujer nunca pensó que el regreso de estas vacaciones iba a ser diferente a cuando volvió de Alemania, Francia, Portugal o Marruecos, viajes que ha realizado desde que tiene pasaporte, en 1978.

Una antifranquista más

Esta mujer, que prefiere no fotografiarse al considerar que ese "exceso de protagonismo" no corresponde a su papel de ser sólo "una más de las personas" que lucharon contra la dictadura, no reprime su indignación y se pregunta: "¿Cómo es posible que después de casi 30 años de la muerte del dictador Franco y de 25 años de la Constitución sigan apareciendo los antecedentes antifranquistas, mientras que hay amnesia de los crímenes y atropellos franquistas?". La historia viene de lejos.

En 1967, Carmen, con 17 años, fue detenida por primera vez junto a una amiga en la manifestación en Valencia para celebrar el Primero de Mayo, la Fiesta del Trabajo, entonces prohibida por la dictadura. "Era la primera manifestación a la que íbamos, éramos unas pardillas y no sabíamos qué hacer cuando vimos a la gente correr", recuerda: "Fuimos acusadas por participar en una manifestación ilegal". Después de permanecer tres días en comisaría y dos en la cárcel, fue juzgada y condenada a dos meses de prisión, sentencia que no cumplió por ser menor de edad y por acogerse a la situación de libertad protegida (si no delinquía en un determinado tiempo se borraban los antecedentes). Y efectivamente se borraron.

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En su historial sí aparece, sin embargo, otra detención por motivos políticos, a pesar de que la Ley de Amnistía de 1977 establecía la eliminación de antecedentes penales y policiales. Su expediente refleja que fue arrestada en Sevilla entre los días 16 y 20 de abril de 1978 por "asociación ilícita", según figura en los archivos policiales, un año y medio después de la muerte del dictador y en pleno proceso de reforma política.

Éste fue su último encontronazo con la policía por luchar contra las normas del régimen franquista. Carmen cuenta que en 1978 se sumó de forma espontánea a una manifestación a favor de la República en Sevilla: "Estaba en la calle de Sierpes, vi una manifestación y me uní", recuerda. En ese momento estudiaba el último curso de enfermería en la capital hispalense. Al cabo de varios días, la policía fue a su casa a buscarla, la detuvieron, y pasó 72 horas retenida en la comisaría, según relata. Pero la cosa no pasó a mayores. "El juez me dio la libertad porque no tenía antecedentes", recuerda Carmen.

Borrar los antecedentes

"Activista de la paz y de la libertad y no una activista política", como ella misma se define, teme que, de continuar los antecedentes policiales en su expediente, la situación que vivió en Barajas se vuelva a repetir, sobre todo por el riesgo que entraña debido al clima de sospecha y de alarma generalizada provocado por las acciones del terrorismo internacional. "Viniendo de Túnez, imagínate si piensan que pertenezco a una célula de Al Qaeda", asegura Carmen, quien reclama que "desaparezcan los antecedentes, tanto los míos como a cualquiera que esté en mi situación".

Carmen afirma que ha solicitado una entrevista con el ministro del Interior, José Antonio Alonso, para pedirle explicaciones de por qué siguen en su expediente estos hechos, "sin haber cometido ningún delito", y para solicitarle que desaparezcan, 26 años después de la manifestación en Sevilla.

"¿Hasta cuándo vamos a seguir con esto?", se pregunta Carmen, confiada en que se borren de una vez por todas sus antecedentes inexistentes: "Porque nunca he cometido un delito más que defender la libertad", sentencia.

Si Carmen quiere borrar sus antecedentes, tiene que pedir una sentencia exculpatoria o una prescripción del delito al tribunal que la condenó. También puede acudir al Ministerio de Justicia y pedir la cancelación en el registro de penados. Después, con el documento de exculpación debe ir a cualquier comisaría de policía y pedir que se borren sus antecedentes, según fuentes policiales.

Antecedentes que no se olvidan

Lo que hoy se considera como un "orgullo" por haber "luchado" contra la dictadura franquista, hace no más de tres décadas era un delito tipificado en el Código Penal. Muchos de los actuales dirigentes sindicales y políticos ya militaban en la oposición antifranquista, tanto en España como en el exilio, y así constó en las fichas de la Dirección General de Seguridad.

Estas fichas, sin embargo, no fueron destruidas al llegar la democracia, y así, en 1989 todavía había unas 100.000 con antecedentes antifranquistas archivadas en el Ministerio del Interior. Ello provocó varios incidentes, como el ocurrido en 1984 al entonces vicesecretario general del PCE y hoy senador socialista, Enrique Curiel, que, tras regresar de un viaje, estuvo retenido 45 minutos en la comisaría del aeropuerto de Barajas porque su nombre figuraba en el ordenador del Ministerio del Interior como una de las muchas personas con antecedentes políticos.

El hecho creó un gran revuelo entre los representantes políticos, porque el ordenador en el que apareció el nombre de Curiel se programó después de la promulgación de la Ley de Amnistía de 1977, la norma que invalidaba todos los antecedentes penales creados por la lucha antifranquista.

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