Centenares de animales protegidos mueren al año por cebos envenenados

El Gobierno pide más control sobre los pesticidas

Seis buitres negros y un águila imperial aparecieron en un silo en Santa Cruz de Retamar (Toledo) el 21 de septiembre. Estaban en una bolsa casi descompuestos. El Ministerio de Medio Ambiente afirma que fueron víctimas de un cebo envenenado, una práctica cada vez más frecuente. Un informe de Medio Ambiente de septiembre de 2004 asegura que desde 1996, al menos un millar de animales mueren al año por cebos envenenados. Un 44% son especies protegidas. Los dueños de los cotos de caza menor ponen cebos para que los depredadores no se coman sus conejos o perdices. El estudio pide a las comunidades ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Seis buitres negros y un águila imperial aparecieron en un silo en Santa Cruz de Retamar (Toledo) el 21 de septiembre. Estaban en una bolsa casi descompuestos. El Ministerio de Medio Ambiente afirma que fueron víctimas de un cebo envenenado, una práctica cada vez más frecuente. Un informe de Medio Ambiente de septiembre de 2004 asegura que desde 1996, al menos un millar de animales mueren al año por cebos envenenados. Un 44% son especies protegidas. Los dueños de los cotos de caza menor ponen cebos para que los depredadores no se coman sus conejos o perdices. El estudio pide a las comunidades autónomas que aumenten el control sobre los pesticidas usados como veneno.

Entre 1990 y 2003, los venenos mataron al menos a cuatro osos pardos, 80 águilas imperiales, 20 quebrantahuesos, 495 buitres negros y 1.936 perros, según la Estrategia nacional contra el uso ilegal de cebos envenenados, aprobada en septiembre por Medio Ambiente y las autonomías. En el 91% de los casos apareció un carbamato como veneno, un insecticida agrícola muy vendido. El 59,6% de los animales muertos desde 1990 apareció en cotos de caza menor.

Medio Ambiente cree que las cifras reales están muy por encima, ya que muchas muertes no se detectan. El veneno merma las especies protegidas. El informe Las aves en Europa, presentado ayer por BirdLife International, señala que la población de milano real ha caído en España un 50% en diez años por el veneno. El portavoz de Ecologistas en Acción,

Theo Oberhuber, dice que éste se suele colocar inyectado en huevos de codorniz, impregnados en una cabeza de pollo o en un resto de carne.

Para los depredadores

Uno de los objetivos de los cebos es mermar la población de depredadores para facilitar la reproducción de conejos y perdices en cotos de caza menor. La mayoría de los venenos aparece en primavera, antes de la temporada de caza, según fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Se trata de acabar con zorros o lobos, pero a ellos acuden también especies amenazadas, como águilas o quebrantahuesos. La Federación Española de Caza ha criticado el uso de venenos.

El coordinador de la estrategia, Benigno Varillas, asegura que, además de la caza, han comenzado a usar venenos los agricultores y ganaderos contra jabalíes y lobos. Detener a los autores y condenarlos es difícil. Medio Ambiente destaca "la impunidad de los envenenadores, dada la dificultad de encontrar al autor de los hechos". El Seprona pide que si alguien ve el cadáver de un animal, no lo toque y avise a la Guardia Civil (012) o al Programa Antídoto (900 71 31 82).

Los venenos usados, potentes pesticidas, son accesibles. "Es muy fácil comprar una partida para el campo y derivar un poco para un cebo ilegal. O encuentras a alguien colocando el cebo, o es muy difícil detener al culpable", según un mando del Seprona. En teoría, las comunidades tienen que controlar la venta y distribución de estos pesticidas. En la práctica, el control es mínimo, según todas las fuentes.

El Código Penal castiga el uso de veneno con prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a 24 meses. Desde 1990, ha habido 17 sentencias penales, 14 cierres de cotos y nueve sanciones. "La mayoría de los casos fueron sobreseídos por falta de autor conocido", según el estudio. El Gobierno propone que los insecticidas más usados sólo se puedan comprar cuando los prescriba un ingeniero agrícola que indique además la cantidad.

Archivado En