Dos 'ertzainas' denuncian a Interior por uso "irregular" de su base de datos

La Agencia de Protección de Datos analiza una denuncia presentada por dos agentes de la Ertzainta contra el Departamento de Interior por una supuesta utilizacion irregular de la base de datos interna que el Departamento tiene sobre los 7.500 ertzainas. El origen de esta denuncia está estrechamente ligada con los métodos empleados por la unidad Asuntos Internos de la policía vasca para investigar las supuestas conductas ilegales de los agentes y con la utilización que esta división de la Ertzaintza realiza de los datos que todos los agentes han entregado para elaborar el carné profesiona...

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La Agencia de Protección de Datos analiza una denuncia presentada por dos agentes de la Ertzainta contra el Departamento de Interior por una supuesta utilizacion irregular de la base de datos interna que el Departamento tiene sobre los 7.500 ertzainas. El origen de esta denuncia está estrechamente ligada con los métodos empleados por la unidad Asuntos Internos de la policía vasca para investigar las supuestas conductas ilegales de los agentes y con la utilización que esta división de la Ertzaintza realiza de los datos que todos los agentes han entregado para elaborar el carné profesional.

Los ertzainas denunciantes fueron objeto de un expediente sancionador por Inspección General (Asuntos internos) en el que el instructor propuso sancionarles por haber cometido fuera de servicio una falta grave de desconsideración a un ciudadano. La sanción fue recurrida ante los juzgados de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia vasco y el juez la anuló porque el instructor no había sido imparcial.

El caso, que se remonta a un cacheo policial realizado el 3 de junio de 2003, había llegado antes a los tribunales. El ciudadano árabe Mamadou Falilou Sah denunció a un ertzaina por haberle propinado un puñetazo tras un cacheo en el barrio bilbaíno de Las Cortes. El juzgado archivó la denuncia el 16 de julio. Pero el caso se elevó al Ararteko, quien pidió que se investigara la actuación de los agentes que participaron en el cacheo.

En su investigación sobre la conducta de ambos agentes, la disciplinaria manipuló informáticamente las fotografías que ambos entregaron para la elaboración del carné profesional. Y ya manipuladas, las utilizó en una rueda de reconocimiento fotográfico que sirvió para que el ciudadano árabe reconociera a los dos agentes que participaron en su detención y en la supuesta agresión. La unidad disciplinaria remitió el caso al juez para que les imputase por agresión. En el juicio de faltas celebrado en julio pasado, el juez de Instrucción 1 absolvió a los agentes al no acreditarse los hechos. El fiscal censuró la actuación de la disciplinaria al entender que la prueba aportada por Interior, el reconocimiento fotográfico, era "irregular y nula" porque vulnera el artículo de la Constitución que reconoce el derecho a un juicio sin indefensión. El ministerio público criticó la irregularidad de no haber notificado a los ertzainas la utilización de sus fotos "alteradas" para el reconocimiento fotográfico.

Los ertzainas reproducen y amplían en su denuncia ante la Agencia de Protección de Datos esos argumentos. Revelan que en la rueda fotográfica la disciplinaria utilizó "cinco fotografías de agentes de la Ertzaintza vestidos con el uniforme de gala" y añaden: "No fui informado de su realización, me consta que ninguno de los agentes han sido informado de que se iba a llevar a cabo dicha prueba y de que sus fotografías con el uniforme iban a ser enseñadas a una persona ajena al cuerpo". Interior dice que cumplió con los protocolos para reconocimientos con fotos.

Renovación paralizada

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Los agentes añaden en la denuncia que desconocen el destino de los carnés profesionales viejos al ser renovados. "Cada vez que se ha efectuado una renovación del carné profesional me he visto obligado a entregar el carné viejo por el nuevo, desconociendo hasta la fecha qué es lo que se hacía con la documentación que se nos retiraba y con las fotografías que en diferentes momentos se nos habían realizado para su confección".

En la última renovación del carné, a finales de 2003, el sindicato independiente Erne consiguió que un juez paralizara la cesión de datos confidenciales a Interior ante el temor de que, como ya ha pasado, esa información acabe en manos de ETA. Al final, el juez avaló que Interior pueda pedir datos personales a los ertzainas al no afectar a su derecho a la intimidad. "En ningún caso se nos informó de que su finalidad [las fotos] pudiera ser la de posibilitar un reconocimiento fotográfico en el marco de un expediente disciplinario", dice la denuncia.

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