El 30% de las personas que mueren en Barcelona son incineradas

La incineración se extiende cada vez más. El año pasado, el 20% de los fallecidos en Cataluña fueron convertidos en cenizas. El porcentaje sube al 30% en Barcelona, donde hay dos hornos crematorios, uno en Collserola y otro en Montjuïc.

Por otra parte, desde ayer el cementerio de Collserola entrega a los familiares las cenizas de las personas incineradas en un plazo de cuatro horas. Hasta el martes, esta operación se demoraba 24 horas. Además, el consejero de Medio Ambiente y Vivienda, Salvador Milà, anunció que el cementerio dispone de nuevos filtros para los crematorios, que reducen l...

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La incineración se extiende cada vez más. El año pasado, el 20% de los fallecidos en Cataluña fueron convertidos en cenizas. El porcentaje sube al 30% en Barcelona, donde hay dos hornos crematorios, uno en Collserola y otro en Montjuïc.

Por otra parte, desde ayer el cementerio de Collserola entrega a los familiares las cenizas de las personas incineradas en un plazo de cuatro horas. Hasta el martes, esta operación se demoraba 24 horas. Además, el consejero de Medio Ambiente y Vivienda, Salvador Milà, anunció que el cementerio dispone de nuevos filtros para los crematorios, que reducen las emanaciones tóxicas hasta los niveles recomendados por la normativa europea.

Milà alertó sobre los efectos nocivos para el medio ambiente que comporta la costumbre de echar las cenizas en lugares queridos en vida por el fallecido y abandonar allí las urnas de las personas incineradas. "Si durante la vida pedimos a los ciudadanos que vivan de forma sostenible, también es importante que lo hagan tras la muerte", aseguró. Sólo en uno de cada cinco casos los familiares depositan la urna en los columbarios de los cementerios. Durante las cuatro horas de espera, el cementerio de Collserola intentará convencer con folletos a los familiares de que el cementerio es el lugar ideal para el reposo de las cenizas de sus deudos.

Milà desveló que cada año son encontradas más de 600 urnas en Cataluña en enclaves simbólicos como Montserrat. Cada tres años, el dragado del puerto de Barcelona descubre unas 500 urnas, a las que hay que sumar las que son arrastradas por la corriente hasta el rompeolas.

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