La industria pesada de los nuevos barrios de Barcelona irá a la Zona Franca

La actual industria pesada de las dos zonas, una en Sants-Monjuïc y otra en Sant Andreu, que el Ayuntamiento convertirá en sendos barrios residenciales ya tiene nueva ubicación. El Ayuntamiento anunció ayer que ofrecerá a los empresarios suelo del resto del distrito de la Zona Franca como parte de la indemnización por su reubicación. La medida afectará sólo a la industria más incompatible con el futuro uso residencial de los barrios.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, aprovechó su visita a la Zona Franca para defender el concepto de ciudad compacta. "La solución no es destinar suelo r...

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La actual industria pesada de las dos zonas, una en Sants-Monjuïc y otra en Sant Andreu, que el Ayuntamiento convertirá en sendos barrios residenciales ya tiene nueva ubicación. El Ayuntamiento anunció ayer que ofrecerá a los empresarios suelo del resto del distrito de la Zona Franca como parte de la indemnización por su reubicación. La medida afectará sólo a la industria más incompatible con el futuro uso residencial de los barrios.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, aprovechó su visita a la Zona Franca para defender el concepto de ciudad compacta. "La solución no es destinar suelo rural para vivienda, como han hecho otras ciudades. Se ha visto que estaban equivocadas", sostuvo. El Ayuntamiento concretó ayer algo más acerca del barrio de Zona Franca, que ocupará 72 hectáreas entre las calles de Foc, Motors, Metal·lúrgia y el Paseo de la Zona Franca. La idea es construir alrededor de 10.000 viviendas, entre un 35 y un 50% de las cuales de protección oficial. Para ello es necesario erradicar la industria pesada y doblar el índice de edificabilidad, del actual 0,8 al 1,6 -el máximo permitido es 2-, lejos aún del de Ciutat Vella y el Eixample. Ahora viven en las 72 hectáreas un millar de personas, 900 de ellas en los bloques que en la década de 1990 sustituyeron al barrio de casas baratas. En unos 15 años, el Ayuntamiento espera que vivan 25.000 vecinos.

El nuevo barrio, con vistas al cementerio de Montjuïc, es ahora un cúmulo de solares que acogen industria pesada, aparcamientos semivacíos o rastrojos. Para dotarle de una fisonomía más habitable, el Ayuntamiento prevé varios equipamientos, un entramado callejero que complete las actuales avenidas, la llegada de la línea 9 del metro en 2007 y la ampliación de la línea 2. Los representantes vecinales recibieron ayer para su estudio el documento de criterios. Uno de ellos comentó que "ya era hora de que este barrio sea algo más de lo que ha sido hasta ahora". Otro se congratulaba de que no se repitieran los errores de los barrios de Can Clos y El Polvorí, ambos "aislados" en la falda de Montjuïc.

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