Análisis:COYUNTURA INTERNACIONAL

Dos tipos y un destino

Las primeras subidas de tipos oficiales en EE UU iniciadas el 30 de junio de este año, han venido acompañadas de descensos de los tipos de interés de largo plazo. Algo que no ocurría desde 1971. En efecto, tres meses después del inicio del ciclo alcista de tipos, los fondos federales acumulan una subida de 75 puntos básicos y el tipo de interés a 10 años muestra una caída superior a los 60 puntos básicos. En definitiva, se ha producido una aplanamiento significativo de la curva de deuda que contrasta con lo observado en cualquiera de los ciclos alcistas de los últimos 25 años. En ellos, los ti...

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Las primeras subidas de tipos oficiales en EE UU iniciadas el 30 de junio de este año, han venido acompañadas de descensos de los tipos de interés de largo plazo. Algo que no ocurría desde 1971. En efecto, tres meses después del inicio del ciclo alcista de tipos, los fondos federales acumulan una subida de 75 puntos básicos y el tipo de interés a 10 años muestra una caída superior a los 60 puntos básicos. En definitiva, se ha producido una aplanamiento significativo de la curva de deuda que contrasta con lo observado en cualquiera de los ciclos alcistas de los últimos 25 años. En ellos, los tipos de interés de corto y largo plazo se movieron al unísono y en magnitudes similares.

El inicio del ciclo alcista de tipos en EE UU ha venido acompañado de descensos de los tipos de interés de largo plazo

Las condiciones macroeconómicas de la economía estadounidense no parecen justificar unas rentabilidades tan reducidas. La economía entra en el cuarto año de expansión. Dada la duración promedio de los ciclos económicos de las últimas décadas, todavía faltarían otros tres años de expansión para completar un ciclo típico (siete años). Las previsiones del consenso y organismos internacionales como el FMI contemplan una moderación del crecimiento hacia tasas del 3,5% en 2005, una vez agotados los impulsos de 2004. Pero aun así, los tipos de interés parecen estar asignando una probabilidad elevada a un escenario más negativo, dadas las incertidumbres que plantea el precio el petróleo.

En inflación, es cierto que parece haberse frenado el repunte de los meses pasados y las expectativas a medio plazo se mantienen relativamente ancladas, pero no habría que caer en la autocomplacencia. Con unas condiciones monetarias altamente acomodaticias, un precio del petróleo al alza que todavía no se ha trasladado a los consumidores, y un déficit público muy abultado y susceptible de ampliarse, los riesgos sobre la inflación no pueden ser sino al alza.

En el mercado de bonos, hay factores de demanda, como los vinculados a la dinámica de flujos de las economías asiáticas que podrían estar contribuyendo a mantener los tipos bajos. Pero sobre todo, hay una tremenda incertidumbre sobre el precio del petróleo y de su posible impacto, no tanto sobre inflación, sino sobre crecimiento. Superadas estas dudas, el aumento de tipos cortos, el elevado déficit público y la elevada liquidez deberían presionar al alza los tipos de interés de largo plazo.

Sonsoles Castillo es economista del Servicio de Estudios de BBVA.

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