Una escultura recuerda en Zarautz la lucha de Mario Onaindía por la libertad

La figura y el recuerdo de Mario Onaindía permanecen desde ayer más visibles en la sociedad Zazpi de Zarautz, sede de la antigua Euskadiko Ezkerra, de la que fue fundador el escritor y político fallecido ahora hace un año. Su viuda, Esozi Leturiondo, inauguró en este lugar, muy emocionada, la escultura Homenaje a Mario Onaindía, obra de José Antonio Legorburu. En ese momento se multiplicaron los aplausos y se gritó "gora Mario".

Fue el cierre a las jornadas celebradas desde el pasado jueves en memoria de Onaindía, que reunieron a amigos, simpatizantes y dirigentes del socialismo ...

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La figura y el recuerdo de Mario Onaindía permanecen desde ayer más visibles en la sociedad Zazpi de Zarautz, sede de la antigua Euskadiko Ezkerra, de la que fue fundador el escritor y político fallecido ahora hace un año. Su viuda, Esozi Leturiondo, inauguró en este lugar, muy emocionada, la escultura Homenaje a Mario Onaindía, obra de José Antonio Legorburu. En ese momento se multiplicaron los aplausos y se gritó "gora Mario".

Fue el cierre a las jornadas celebradas desde el pasado jueves en memoria de Onaindía, que reunieron a amigos, simpatizantes y dirigentes del socialismo vasco. Esozi, abrazada al mismo tiempo a su hija Nora y a la escultura, dio las gracias por el afecto recibido y por la celebración del homenaje "en este lugar que él tanto quería". Ese lugar que Onaindía definió en vida como "un búnker contra la intolerancia" y "un faro de luz", tal y como se recordó ayer por los organizadores de este homenaje.La última jornada del homenaje a Onaindía reunió en la misma mesa a tres veteranos políticos como Roberto Lertxundi, máximo responsable del Partido Comunista de Euskadi cuando esta organización se fundió con la Euskadiko Ezkerra (EE) de principios de los 80 que lideraba Onaindía; Jon Larrínaga, secretario general de EE durante la fusión con el Partido Socialista vasco, y Ramón Jáuregui, ex secretario general del PSE y actualmente diputado en Madrid. El proyecto de la izquierda vasca fue el tema sobre el que disertaron ayer en el Zazpi de Zarautz.

Jáuregui se remontó a la época en que encabezó el cartel de su partido a la Lehendakaritza a comienzos de los 90 para recordar que el desafío de la izquierda, entonces y ahora, es "ganar" al nacionalismo, aunque lamentó que "en la izquierda nunca nos ponemos de acuerdo en lo que tenemos que hacer para ganar". Propuso "aprovechar el enorme espacio que ha dejado en el centro de la política vasca el PNV con su radicalización". Para reforzar su argumentación, recordó ante los periodistas la intervención del lehendakari, Juan José Ibarretxe, durante el debate de política general celebrado el viernes en el Parlamento. A su juicio, Ibarretxe representó "la mejor imagen del extremismo político y de lo que es su trayectoria política de los últimos años".

"Un camino de locos"

El objetivo de los nacionalistas, apuntó Jáuregui durante la charla, es "lograr la mayoría absoluta" en las elecciones autonómicas previstas en mayo del próximo año, lo que tiene que ser contrarrestado por la izquierda vasca "haciendo saber a la sociedad vasca que el plan Ibarretxe nos lleva a un camino de locos". El socialismo tiene que "conseguir que el plan encalle contra la legalidad y la sociedad vasca".

Larrínaga también incidió en la "falta de legalidad y de legitimidad" del proyecto soberanista del PNV gobernante, y planteó la oportunidad de combatir la "estrategia autodeterminista" de Ibarretxe "haciendo una lectura canadiense de la democracia", consistente en "aglutinar en torno al Partido Socialista a todos los autonomistas de este país".

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Lertxundi, quien destacó la "personalidad poliédrica" de Onaindía, abogó por "seguir el estilo de Mario y no tener miedo a abordar los cambios" en el seno de la izquierda vasca. El antiguo dirigente político manifestó: "El PSE tiene que vasquizar su política; tiene que maragallizarse". Tras sostener que "ETA es el último residuo del franquismo", censuró la apuesta del PNV por el pacto de Lizarra, porque significó "el comienzo de la perversión del terrorismo", porque "la violencia deja de ser una amenaza para todos los demócratas para convertirse en una amenaza sólo para los no nacionalistas". Lertxundi afirmó que al socialismo vasco le corresponde "recuperar el sitio central" de la política tras abandonar el seguidismo a las políticas del PP.

Esozi Leturiondo, viuda de Mario Onaindía, y su hija Nora, en Zarautz, junto a la escultura de José Antonio Legorburu en homenaje al político.SANTOS CIRILO

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