Reportaje:

"¡Que se disuelvan ahora mismo!"

El presidente navarro se encara con un centenar de policías forales concentrados ante la sede del Parlamento autónomo

Al grito de "¡Exijo que esta concentración se disuelva inmediatamente!", el presidente navarro, el regionalista Miguel Sanz, se enfrentó ayer, elegantemente trajeado y con su cartera presidencial colgando de la mano, a una concentración de más de un centenar de policías forales que se manifestaba ante el Parlamento autónomo para reclamar una serie de mejoras laborales.

La inédita actitud de Sanz pilló de sorpresa a los periodistas y a su propia escolta, testigos del sonoro coro de abucheos y pitidos con el que fue saludada su inesperada presencia ante la pancarta reivindicativa. Sanz re...

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Al grito de "¡Exijo que esta concentración se disuelva inmediatamente!", el presidente navarro, el regionalista Miguel Sanz, se enfrentó ayer, elegantemente trajeado y con su cartera presidencial colgando de la mano, a una concentración de más de un centenar de policías forales que se manifestaba ante el Parlamento autónomo para reclamar una serie de mejoras laborales.

La inédita actitud de Sanz pilló de sorpresa a los periodistas y a su propia escolta, testigos del sonoro coro de abucheos y pitidos con el que fue saludada su inesperada presencia ante la pancarta reivindicativa. Sanz repetía, mientras, a pleno pulmón que, con arreglo al Amejoramiento del Fuero, él es "el jefe máximo de la Policía Foral" y ordenaba que se disolvieran. La pitada duró aún media hora más.

Los agentes reclaman el cumplimiento de la ley de Cuerpos de Policía de Navarra en materias como la seguridad y las posibilidades de formación.

Presidente, consejeros y parlamentarios están obligados a apearse de sus coches oficiales en la calle, dado que el Ayuntamiento de Pamplona, también en manos de UPN, se niega a conceder el permiso para hacer la rampa de acceso a un garaje subterráneo ya construido. Ello facilita su abucheo de los grupos que se concentran ante la sede del Legislativo.

Cuando el vehículo oficial del presidente llegó ayer ante la puerta del Parlamento para asistir a la primera sesión plenaria del curso, Sanz vio a los policías y se fue derecho hacia ellos pidiendo a gritos la presencia de un portavoz. Ante la imposibilidad física de entenderse, gritó repetidamente: "¡Yo soy el máximo jefe de la Policía Foral y exijo que se disuelvan ahora mismo o se atengan a las consecuencias!" Los agentes corearon gritos pidiendo diálogo sin hacerle el menor caso. Ya dentro de la Cámara, Sanz, más relajado, calificó de "deplorable" y "legalmente inaceptable" la actitud de los manifestantes.

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