OPINIÓN DEL LECTOR

Los olvidados de Paterna

Finalizada la guerra civil, con la victoria del ejército de Franco, millones de trabajadores tuvieron que exiliarse, otros no tuvieron esa suerte y fueron detenidos; les esperaba un calvario de torturas, cárcel, clandestinidad y muerte. Aquí en Valencia, en el cementerio de Paterna, se encuentran las fosas comunes y tumbas donde fueron a parar los cientos y cientos de cadáveres de los trabajadores que eran trasladados al campo de tiro, donde eran fusilados. La mayoría habían luchado contra el fascismo y muchos pertenecían a la CNT y FAI, otros estaban afiliados a la UGT o a partidos de la izqu...

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Finalizada la guerra civil, con la victoria del ejército de Franco, millones de trabajadores tuvieron que exiliarse, otros no tuvieron esa suerte y fueron detenidos; les esperaba un calvario de torturas, cárcel, clandestinidad y muerte. Aquí en Valencia, en el cementerio de Paterna, se encuentran las fosas comunes y tumbas donde fueron a parar los cientos y cientos de cadáveres de los trabajadores que eran trasladados al campo de tiro, donde eran fusilados. La mayoría habían luchado contra el fascismo y muchos pertenecían a la CNT y FAI, otros estaban afiliados a la UGT o a partidos de la izquierda, otros simplemente eran intelectuales y maestros que se negaron a colaborar con el régimen franquista.

Trabajadores de Paterna, Xeraco, Benicalap, Benimàmet, Tavernes, Alaquàs, Riba-roja, Burjassot y de muchos más pueblos y barrios fueron asesinados y enterrados en las fosas comunes de Paterna, desde 1939 hasta principios de 1950; de su recuerdo sólo quedan unas baldosas que registran sus profesiones, sus años y sus edades. También otros trabajadores fueron trasladados a Valencia, donde fueron pasados por las armas del franquismo. Uno de estos casos es el de Joan Peiró, vidriero anarcosindicalista catalán. Peiró, fiel a su ideal y a sus compañeros asesinados, se negó a la colaboración con el fascismo. Como relata la historiadora Dolors Marín: "J. Peiró fue fusilado a las ocho y media de la tarde el 24 de julio de 1942, en el campo de tiro de Paterna con otros seis compañeros de su mismo sindicato, la CNT".

Son miles de vidas segadas, de familias hundidas, de amigos desaparecidos y torturados por la dictadura; para ellos la historia ha pasado con los ojos vendados. A todos ellos van dedicadas estas líneas. No olvidemos a nuestros compañeros, la memoria también es un arma. Por la recuperación de la memoria histórica de la clase obrera. Ni olvidamos ni perdonamos.

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