Sin límites
El Gobierno de la Comunidad de Madrid no para. O mejor dicho, no tiene límites, en cuanto a especulación inmobiliaria se refiere. Además de la una y mil veces modificada cantidad de kilómetros de nueva construcción del metro de Madrid, está la polémica, costosa y reducida construcción del nuevo hospital 12 de Octubre, los constantes y muy sospechosos y "fantasmales" incrementos del costo de reconstrucción del Palacio de Deportes, el "presupuesto" (el actual: supongo que poco a poco la cifra irá en espectacular aumento, como todo lo demás) para la construcción (y más que clara privatización) de...
El Gobierno de la Comunidad de Madrid no para. O mejor dicho, no tiene límites, en cuanto a especulación inmobiliaria se refiere. Además de la una y mil veces modificada cantidad de kilómetros de nueva construcción del metro de Madrid, está la polémica, costosa y reducida construcción del nuevo hospital 12 de Octubre, los constantes y muy sospechosos y "fantasmales" incrementos del costo de reconstrucción del Palacio de Deportes, el "presupuesto" (el actual: supongo que poco a poco la cifra irá en espectacular aumento, como todo lo demás) para la construcción (y más que clara privatización) del nuevo hospital Puerta de Hierro, su "muy generoso" dispendio en regalos "dinero en mano, contante y sonante", a un club de fútbol (club que merece todos mis respetos y elogios por su histórico ascenso, pero no que por ello se "desvíe" tanto dinero de "todos" los ciudadanos, sean o no de ese equipo)...
Y luego dicen, cínicamente, que no se especula. Si ello es así, explique, señora Aguirre, al ciudadano medio cómo puede suceder todo esto... y mucho más que vendrá según ustedes vayan "inventando" dónde gastar. Señora Aguirre, la especulación es evidente y descaradamente desproporcionada.
El madrileño de a pie no merece que con sus impuestos vivan lujosamente, incrementando su patrimonio, cuatro especuladores y algún que otro político de su región que, sospechosamente, "inventan" gastos y subidas en operaciones urbanísticas de supuesta mejora, que en nada son "mejoras tan reales". Y en nada se corresponden con los incrementos de los materiales utilizados, ni mucho menos de la cada vez más barata y "temporera" mano de obra.